Acoger a las familias
Nunca ha sido fácil mantener una familia y en los tiempos que corren hay lugares en el mundo donde eso, es aún más complicado. Todos soñamos con tener una vida mejor para nosotros y para los nuestros y quizás por esa razón, hoy en día hay tanta inmigración. Y es que familias enteras que pasan verdaderas penurias en sus lugares de origen, dejan atrás todo lo conocido y con unos pocos enseres bajo el brazo se embarcan en un largo viaje en el que muchos llegan a perder sus ahorros o incluso a miembros de su familia y todo por conseguir el sueño de una vida mejor. Pero a veces... ¡que equivocados están! Y es que, esas familias que al llegar a nuestro territorio, y que nosotros llamamos desfavorecidas por haber nacido en un país supuestamente más pobre que éste, se encuentran de bruces con una cultura, un idioma y un clima muy diferente al que conocen, ven malas caras y hallan puertas cerradas sólo por buscar una vida más digna para ellos y para su hijos e hijas.
Vitoria es una ciudad pequeña, su gente es muy solidaria y son muchas las organizaciones y asociaciones que trabajan día a día por las familias que no lo están pasando bien. Una de esas organizaciones es Berakah, un programa que nace, hace ya unos cuantos años atrás, de la unión de las cuatro parroquias del Casco Histórico de la ciudad y que está formado por personas a las que les inspira el humanismo cristiano y donde se comparten los valores y la visión de un mundo mejor. Un grupo de cristianos y cristianas sin límite en la opción de reparto del compartir; un grupo de mucha gente que se basa en la puesta común de bienes y que se ha convertido en un lugar de referencia para los más desprotegidos.
Y es que gracias a la solidaridad económica y social de personas que creen en que lo suyo puede ser de todos, ha sido posible la cesión de dos edificios destinados a albergar a familias con pocos recursos. Pero para conseguir poner en marcha esta iniciativa se ha necesitado, además de dinero, mucho tiempo y mucho trabajo de tantos y tantas voluntarios que colaboran asiduamente con el Programa Berakah.
Uno de esos edificios es la Residencia Ain Karem, que lleva abierta desde el año 2011 y que fue en su día un antiguo hostal en la calle Barrancal. En él conviven madres “solteras” con sus hijos e hijas. Cada familia monoparental tiene una habitación con baño, que cada una, limpia y cuida haciendo convivencia con las demás en los lugares comunes de lo que es ahora su hogar.
El otro lugar de acogida es El Hogar Belén, un edificio de viviendas ubicadas en el Cantón de San Marcos, donde viven familias completas, cada una en su vivienda equipada de varias habitaciones, baño y cocina. Y es que disponer de un techo es el primer paso para poder conseguir un padrón y acceder a las ayudas de primera necesidad.
Pero una casa no es lo único que Berakah ofrece a estas familias para su integración en la sociedad y su mejora de la calidad de vida. A esas familias, también se les da la oportunidad de estudiar el idioma o de recibir cursos para aprender la cultura del la ciudad en la que ahora viven para así poder acceder mejor a un puesto de trabajo. Lo que se intenta con ello, es hacer que esas familias se sientan integradas en la sociedad vasca, en la ciudad de Vitoria, que se sientan acogidas y no como personas extrañas, que no se sientan desplazados ni excluidos y que no lleven consigo más el estigma de familias desfavorecidas.
Miren Ochoa
Voluntaria del programa Berakah