Evangelio del día: «Esa pobre viuda ha echado más que nadie». Mc12,38-44

Adviento: tiempo de disponibilidad, fidelidad y unión con Dios

Desde el convento Santa Cruz de dominicas contemplativas de Vitoria, aceptamos gustosamente la invitación a colaborar en la página web de la diócesis mediante una reflexión sobre el Adviento.
Celebramos el Año de la Misericordia. Previamente el Papa Francisco abrió la Puerta Santa en África, y se fueron abriendo más “Puertas” para comenzar este Año Santo tan singular.

Paralelamente, la Orden de Predicadores, -dominicos- hemos iniciado el Jubileo de los 800 años de la confirmación de nuestra Orden, que tiene como lema: “Enviados a predicar el evangelio”. Nos sentimos impulsados a proclamar la misericordia. Nosotras, como monjas dominicas que somos, estamos llamadas a vivificar la espiritualidad de todos aquellos que se acercan a nuestros Monasterios.

agua puraUna pregunta inicial pero clave: ¿Hay misericordia mayor, por parte de Dios, que su propio Hijo se haga Hombre como uno de nosotros?

Por ello, el Adviento es la espera de ese gran acontecimiento: tiempo de Gracia, de Esperanza, de Alegría y de tantos otros dones. Es un tiempo para vivir profundamente y ¿quién lo ha vivido con mayor intensidad que María, la Madre del Hijo de Dios que se hizo hombre en Ella? ¿Qué actitudes nos pide este tiempo en especial?

  • disponibilidad
    El mismo Dios le pregunta si accede a ser su madre y Ella responde: “Fiat”. No se niega, pregunta, aclara la situación y acepta confiada. Así de sencillo y de heroico.
  • fidelidad
    Una vez dada su palabra, en cada momento y en cada circunstancia, le fue totalmente fiel.
  • unión íntima con Dios hecho hombre
    Realmente, la meta más importante de nuestras vidas debe ser llegar alcanzar una estrecha unión con nuestro Dios, hasta poder afirmar como San Pablo: “Ya no vivo yo, es Cristo quien vive en mí”.
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