Artículo de Cáritas "Refugiados y Migrantes"
El Diario de Noticias de Álava publica hoy el artículo "Refugiados y Migrantes", de Santos Gil, Director de Cáritas Diocesana de Vitoria, que reproducimos a continuación:
"Desde hace largo tiempo estamos siendo testigos de una crisis humanitaria de proporciones colosales, como es la llegada masiva de personas refugiadas y migrantes a las fronteras del sur y este de Europa (Ceuta, Melilla, Lampedusa, Grecia, Serbia, Macedonia, Turquía, Hungría, etc.). Muchas son las causas que motivan la huida de sus países: la guerra, la pobreza, a falta de oportunidades, el cambio climático, etc.,
En los últimos días estamos asistiendo a una explosión de solidaridad que debemos ser capaces de canalizar. Con esta preocupación, desde Caritas hacemos las siguientes reflexiones:
- Es la Unión Europea con sus instituciones la responsable de iniciar respuesta para esta situación.
- Son los gobiernos de cada uno de los países los que han de conceder el estatus de refugiado.
- La sociedad civil, incluida la Iglesia, debe estar preparada para acoger a quienes lleguen.
- Las personas refugiadas traen consigo su historia. Vienen huyendo de una guerra cruel y van a necesitar no sólo una respuesta material, sino también una acogida y un acompañamiento capaces de ofrecer respuestas a sus necesidades específicas.
- No vienen a pasar unos días. No saben -ni sabemos- cuánto tiempo estarán entre nosotros y hemos de ser conscientes de ello.
- Como sociedad alavesa tenemos la obligación de esforzarnos en la acogida de estas personas, porque la solidaridad no es para los de aquí ni para los de allí; es, simplemente, para quienes la necesitan. Por ello, hemos de atender las demandas que surjan, para que puedan estar junto a nosotros en las mejores condiciones posibles.
- Cáritas sabe de su responsabilidad y tiene sus puertas abiertas, como siempre, para ayudarles y acompañarles en su larga marcha hacia un futuro mejor.
Tal y como dice el reciente comunicado emitido por Cáritas, CONFER y Justicia y Paz, “es el momento de reconocer al otro, al diferente, no como un invasor sino como un igual con los mismo derechos, como un aporte positivo a nuestra sociedad mestiza; como un hermano en dificultad para el que hay que buscar un sitio, aunque estemos más estrechos”.
Tenemos un gran reto como sociedad: dignificarnos como seres humanos, haciendo un sitio en nuestra casa y buscando caminos nuevos por los que todos podamos transitar".