Causa de canonización / Kanonizazioaren kausa

«Hoy, en Vitoria (España), será proclamado beato el mártir Pedro Asúa Mendía. Sacerdote humilde y austero, que predicó el Evangelio con la santidad de vida, la catequesis y la entrega a los pobres y necesitados. Arrestado, torturado y asesinado por haber manifestado su voluntad de permanecer fiel al Señor y a la Iglesia, representa para todos nosotros un admirable ejemplo de fortaleza en la fe y de testimonio de la caridad».

«Damos gracias a Dios por el gran don de estos testigos heroicos de la fe que, movidos exclusivamente por su amor a Cristo, pagaron con su sangre su fidelidad a Él y a su Iglesia. Con su testimonio iluminan nuestro camino espiritual hacia la santidad y nos alientan a entregar nuestras vidas como ofrenda de amor a Dios y a los hermanos».

«Gracias en nombre del Papa a todos. Gracias sobre todo al arquitecto y sacerdote don Pedro de Asúa, que con fervor y cariño, hermanó su arte y su concepción con el altar, agregando a sus virtudes la de la modestia, eclipsándose estos días por no recibir parabienes ni enhorabuenas muy merecidas». (Grandes aplausos, en el acto de inauguración del Seminario Diocesano de Vitoria)

«Siendo yo seminarista, iba al coro de la capilla después de comer y, cuando todos estaban descansando, ¡cuántas veces sorprendí a don Pedro en este mismo coro con la mirada fija en el sagrario, ¡viviendo su vida de Eucaristía! Hecha mi visita a Jesús Sacramentado, allí quedaba don Pedro junto a su amado Jesús. ¡Qué piadosísimo era don Pedro!».

«Aceptó la muerte como consecuencia de su opción por Cristo y por el sacerdocio».

«Era todo un sacerdote, más que arquitecto, a pesar de ser, a mi juicio, muy buen arquitecto».

«Era un santo».

«La religión que ha formado a este hombre tiene que ser la verdadera».

«Todos los que le conocieron, y yo que le vi, atestiguaban que don Pedro era un sacerdote ejemplarísimo. Yo le llamaría 'Flor del Clero Secular'».

«Gloria del clero de la Diócesis de Vitoria».

«No buscaba lugares o puestos de relieve, aunque le correspondieran según criterios convencionales o de protocolo. Recibió del Papa el título honorífico de Camarero de Su Santidad, pero él prefería sentirse y aparecer como 'un cura de pueblo'».

«La vida de don Pedro fue una vida de entrega y generosidad, vivió un sacerdocio martirial, una fraternidad sacerdotal que le marcó su vida. Queridos seminaristas ¿queréis ser sacerdotes santos en este presbiterio? Profundizad en el Beato Pedro de Asúa y ahí encontraréis la espiritualidad sacerdotal de Vitoria, seréis sucesores suyos».