8M - Carta del Obispo presidente de la Subcomisión de Migraciones y Movilidad Humana

D. Juan Carlos Elizalde, como Obispo de Vitoria y presidente de la Subcomisión de Migraciones y Movilidad Humana de la Conferencia Episcopal Española, ha escrito una carta abierta a toda la sociedad con motivo del Día Internacional de la Mujer.

 

CARTA DEL OBISPO DE VITORIA

"Soy consciente de que mientras escribo estas líneas muchos de nuestros hermanos y hermanas, miles y miles, estarán en caminos tenebrosos, cruzando desiertos para llegar a Libia o atravesando El Salvador. Muchas de ellas son mujeres y niñas que, por su condición de mujeres, vivirán más violencia. Serán compradas como esclavas y utilizadas como moneda de cambio.

Hoy la pobreza tiene rostro femenino y la falta de oportunidades de las mujeres y niñas atraviesa todos los continentes.

La suerte de unos y otros nos afecta. No podemos ser indiferentes a lo que viva alguno de nuestros hermanos, porque son nuestra carne. ¿Dónde está tu hermano? ¿Dónde tu hermana? Es una cuestión humana, ética y religiosa.

Esta pregunta nos pone ante el rostro del otro, en este día con rostro de mujer y de niña. Es una de las realidades más sangrantes y dramáticas, que refleja con mayor crudeza el mundo en el que vivimos y la mercantilización del ser humano. La trata de personas -dirá el Papa de esta esclavitud- es un crimen contra la humanidad, un desgarro en la familia humana y por tanto también en el Cuerpo de Cristo.

Ante su grito y el de tantas mujeres que en pleno siglo XXI siguen viviendo situaciones de vulneración de los derechos humanos más elementales, la Iglesia eleva la voz junto a ellas y se pone a su lado, mano a mano, corazón con corazón, para abrir caminos de dignidad y de vida.

Pero también, en este tiempo de cuaresmal de conversión, como Iglesia, tenemos la oportunidad de pedir perdón porque no siempre hemos estado a la altura. Perdón por tantas resistencias y miedos, perdón porque no siempre dejamos que el Espíritu nos renueve y nos haga un solo cuerpo en el amor, en el que ya no haya distinción entre judío y griego, esclavo y libre, varón y mujer. ( Cf. Gal 3,28).

El Cuerpo de Cristo sigue sufriendo hoy dentro y fuera de la Iglesia. Es herido cuando vosotras las mujeres sois heridas, es atenazado cuando las mujeres sois silenciadas y relegadas a un segundo lugar, sufre cuando vuestros cuerpos son profanados y utilizados, sufre cuando vuestro rostro queda invisibilizado.

En este día, en el que tenemos presente a todas las mujeres del mundo, nos urge pedir al Espíritu para que nos renueve con su fuerza y nos ayude a dar pasos con audacia evangélica en la integración, paridad, colaboración y mutuo enriquecimiento de hombres y mujeres.

Como cristianos sabemos que en la Cuaresma se nos invita a vivir un tiempo de conversión, se nos llama a dejar nuestras seguridades, nuestras zonas de confort y nuestros esquemas ideológicos que nos separan de los demás y nos pertrechan en nuestros bloques, prejuicios y etiquetas.

Cualquier mujer, joven o mayor, que crea que en la Iglesia de Vitoria y en sus proyectos, en esta Iglesia nuestra, puede hoy asumir más responsabilidades que las que actualmente desempeña, no tiene más que comunicarlo y lo discerniremos juntos.

 

+Juan Carlos Elizalde
Obispo de Vitoria

Presidente de la Subcomisión
de Migrantes y Movilidad Humana

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