Datos con Rostro - Mayo 17
Evolución de los salarios
En cualquier planteo sobre una ecología integral, que no excluya al ser humano, es indispensable incorporar el valor del trabajo, tan sabiamente desarrollado por san Juan Pablo II en su encíclica Laborem exercens. Recordemos que, según el relato bíblico de la creación, Dios colocó al ser humano en el jardín recién creado (cf. Gn 2,15) no sólo para preservar lo existente (cuidar), sino para trabajar sobre ello de manera que produzca frutos (labrar) (…). La intervención humana que procura el prudente desarrollo de lo creado es la forma más adecuada de cuidarlo, porque implica situarse como instrumento de Dios para ayudar a brotar las potencialidades que él mismo colocó en las cosas
Papa FRANCISCO, Carta encíclica, ”Laudato si’ ”, nº 124
Para cualquier sugerencia, mayor profundización en los datos presentados o más información, consulta Mundo Obrero e Iglesia, del Secretariado Social Diocesano.