¡Feliz Navidad! Zorionak! Que Dios se haya hecho hombre nos hace exclamar: ¡Cuánto nos quiere Dios que comparte nuestra suerte, nos entiende desde dentro y nos rescata! Zenbat maite gaituen Jauna!
Y ¡qué importantes somos nosotros, porque si Dios se hizo hombre, ser persona es lo más grande que se puede ser! Berarentzat garrantsitsuena gara!
Desde aquella Navidad, Dios se ha hecho para cada uno Amigo y Compañero para toda la vida. Si ante el Niño podemos decir: “Éste es Dios mismo”, es que nos ha llegado la Esperanza. Que la Iglesia que peregrina en Vitoria, y yo el primero, pueda anunciar a cada persona: “Tú, en todo momento, puedes emprender un porvenir nuevo”.
Que los últimos sean los primeros ya aquí entre vosotros.
Un abrazo de corazón en nuestra primera Navidad juntos.
+ Juan Carlos Elizalde
Obispo de Vitoria