Carta del Obispo de Vitoria

Queridos diocesanos: ¡Feliz Pascua de Resurrección! Que la alegría de su Resurrección inunde nuestros corazones. Que su Espíritu aliente en nosotros comunidades ungidas, unidas y audaces. Senideok, Bazko Zoriontsuak! Jesus piztu egin da, eta gu berarekin piztu gara. Heriotza betirako menderatua izan da. Bizitza indartsu jaikitzen da, eta bizi hau besteen zerbitzuan eman dezagun dei larria egiten digu.

En la tarde de este 1 de mayo, San José Obrero y fiesta de los Desagravios de la Virgen de Estíbaliz, después de la celebración en el Santuario y tan reciente la de San Prudencio, quiero comunicaros algunas cosas:

Me doy cuenta de que falta tan sólo un mes para la Fiesta Diocesana de Fin de curso: el 1 de junio en Orduña. La Pascua y el Mes de Mayo, dedicado a la Virgen, coinciden con un sinfín de celebraciones de primeras comuniones, confirmaciones, finales de grupos parroquiales y de zona, consejos pastorales y de presbiterio, junto a la culminación de las acciones de servicios diocesanos y delegaciones en conexión con el Plan Diocesano de Evangelización en su primer año. Encomendamos todo ello a la Virgen que en romerías, santuarios y Año Jubilar Mariano tiene una visibilidad fecunda muy especial. Hoy hemos estrenado la visita pastoral a la Llanada Alavesa, un signo de la comunión, cercanía e implicación pastoral de obispo y pueblo cristiano.

Quiero resaltar alrededor del cuarto Domingo de Pascua el trabajo de sensibilización vocacional -la vida como vocación- y en torno a las Jornadas Sacerdotales de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote, la urgente y apasionante labor por las vocaciones sacerdotales en nuestra diócesis. Todo lo que recemos y trabajemos será poco.

Me apresuro a enviar este saludo hoy mismo porque en estas dos semanas tenemos que «pegar el empujón» a la Peregrinación Diocesana a Tierra Santa, del 16 al 23 de julio. El año pasado estuvimos 95 peregrinos y fue una gracia de renovación muy grande.

Esta primera semana de Pascua yo hubiera preferido quedarme descansando en casa o al menos a un ritmo más tranquilo, como lo suelen hacer todos los sacerdotes y agentes pastorales del mundo. Pero me tuve que implicar en la Peregrinación a Polonia para que saliera adelante con las 36 personas que hemos estado. Tengo que confesar que he vuelto muy contento y muy conmovido porque hemos rezado y disfrutado lo indecible. Hemos vivido momentos dramáticos en Auschwitz o el Gueto de Varsovia, pero nos hemos relajado disfrutando de la primavera centroeuropea en Cracovia o los montes Tatras. Hemos palpado las raíces de santos como San Juan Pablo II, San Maximiliano Kolbe, Santa Faustina Kowalska o el beato Popieluszko. ¡Cómo nos ha animado su heroísmo!

Los miles de jóvenes polacos peregrinando a la Virgen de Czestochowa antes de sus exámenes de acceso a la universidad nos robaron el corazón. No son jóvenes distintos a los nuestros. ¡Con qué profundidad rezaban! Tendrán que enfrentarse al secularismo de Occidente pero tienen un desde dónde hacerlo. Creen firmemente que la fe no está reñida con la modernidad. ¡Cuánto me he confirmado en el trabajo que está haciendo la Diócesis al vincular la fe de los jóvenes a la experiencia de Dios, a la Eucaristía dominical y al acompañamiento personal y sacramento de la Penitencia!

Son experiencias difíciles de transmitir pero una vez más he comprobado que las peregrinaciones fortalecen el espíritu, encienden el ánimo y crean comunidad. ¡Qué contenta ha venido la gente! Los papas peregrinos desde San Pablo VI alientan una Iglesia peregrina, desinstaladla y solidaria. Como os decía, me gustaría que la Diócesis trabajara transversalmente las peregrinaciones como una vía de renovación para nuestras comunidades. Algunas parroquias y cofradías ya tenéis experiencia y sabéis de lo que hablo. Esperanza Gómez de la Iglesia está coordinando este trabajo muy bien y en www.diocesisvitoria.org está toda la información. Puede acercarse a vuestras comunidades para presentaros el programa diocesano.

Me atrevo a pediros finalmente que promováis con entusiasmo, sobre todo en estas dos semanas, la Peregrinación de julio a Tierra Santa. Es ahora cuando hay que hacer las reservas. Ávila y Cerro de los Ángeles, Lourdes, Fátima y Roma, salen adelante con más facilidad. Es prioritario también el apoyo económico a nuestros hermanos cristianos de la Tierra del Señor. El Consejo Episcopal y yo necesitaríamos apoyo de más sacerdotes para turnarnos y repartirnos en las peregrinaciones conforme vayan cogiendo más fuerza. Es una línea de trabajo que en otras diócesis está teniendo frutos magníficos.

Hauxe da pozaren eguna. Jesus Pizturenagan sinesten dugunok Pazko jaiaren pozetan bizi gara-ta. Horren testigu izatera deituak gara.

Aprovecho para pediros oraciones por mí y para aseguraros las mías por vosotros. Con mi bendición va todo mi afecto

+ Juan Carlos Elizalde
Obispo de Vitoria

Vitoria-Gasteiz, 2 de mayo de 2019

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