Virgen del Perpetuo Socorro Vitoria-Gasteiz Parroquia Desamparados

Virgen del Perpetuo Socorro, ¡ruega por nosotros!

Como ya es tradicional en nuestra Parroquia, la Archicofradía del Perpetuo Socorro se dispone a celebrar la fiesta de la Madre. ¡Te esperamos!

Actos en honor de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro

Martes 27 de junio de 2023
19:30 h. Exposición del Santísimo y Rosario
20:00 h. Misa Solemne
Al finalizar la Eucaristía, Procesión en honor a la Virgen del Perpetuo Socorro
(Salida desde la Plaza de los Desamparados, recorrido por las calles Canciller Ayala, Pío XII, Jesús Guridi y final en la Plaza de los Desamparados)


Novena de Oración a la espera de una gracia

Desde el domingo 18 hasta el lunes 26 de junio
19:30 h. Exposición del Santísimo, Rosario y Novena de Oración
20:00 h. Misa

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Preguntas frecuentes

Hoy en día, se considera que los nueve días de una novena generalmente se refieren a los nueve días entre la Ascensión y Pentecostés. En la Biblia, este período es para los discípulos y la madre de Jesús, un período de espera que ellos viven en oración. «Todos ellos perseveraron en la oración con un mismo espíritu» (Hechos 1: 14) al final del cual recibieron al Espíritu Santo. Nosotros también podemos vivir la novena como un tiempo de oración a la espera de una gracia.

La novena no es en sí más efectiva que cualquier otra forma de oración. Lo que hace que la oración sea «efectiva», –si se puede decir así– es sobre todo la calidad de nuestra presencia y de nuestro compromiso. De hecho, cuando nuestra oración va acompañada de un profundo deseo de abrir nuestro corazón a Dios para vivir su presencia real y ponernos en sus manos, entonces el Señor puede actuar y hacer que nuestros deseos se ajusten a su voluntad. Nuestra oración se vuelve entonces efectiva en la medida que permite acercarnos al Señor y hacernos descubrir la verdadera alegría que solo puede venir de Él.

La novena es una forma privilegiada de orar porque nos permite tomar tiempo para la oración: para poner una situación difícil a los pies del Señor, confiarle con devoción una intención particular, preparar nuestros corazones para recibir sus gracias y acoger al Espíritu Santo para que nos ayude a discernir.

Historia del icono de la Virgen del Perpetuo Socorro

(Wikipedia)
La imagen original es un icono procedente de Creta y venerado en Roma en la iglesia de los Agustinos, a finales del siglo XV, y desde 1866 en la iglesia de la ciudad romana de San Pedro. La datación del icono es difícil de precisar. Unos los sitúan entre siglos X y XI, y otros a comienzos del siglo XV. Su festividad se celebra el 27 de junio.

El icono original está en el altar mayor de la iglesia de San Alfonso, muy cerca de la Basílica de Santa María la Mayor en Roma. El icono de la Virgen, pintado sobre madera, de 21 por 17 pulgadas, muestra a María con el Niño Jesús. El Niño observa a dos ángeles que le muestran los instrumentos de su futura Pasión mientras agarra fuertemente con las dos manos a su Madre, quien lo sostiene en sus brazos. El cuadro recuerda la maternidad divina de la Virgen y su cuidado por Jesús desde su concepción hasta su muerte.

Según una tablilla colocada antiguamente al lado del icono con los orígenes de la imagen, la cuna de este cuadro fue la isla de Creta, en el mar Egeo. Un mercader sustrajo el icono de una iglesia, lo escondió entre su equipaje y se embarcó rumbo a otras tierras. Durante la travesía sobrevino una gran tempestad y los pasajeros se encomendaron a Dios y a la Virgen. La leyenda cuenta que el mar recuperó su calma y el pasaje arribó a puerto seguro.

Poco después el mercader llegó a Roma con el cuadro y, tras algunas resistencias de la familia, el icono pasa a ocupar un lugar preferente en la iglesia de san Mateo, regentada por los agustinos. Era el año 1499, en tiempos del papa Alejandro VI. La iglesia de san Mateo era un templo menor entre las grandes basílicas de San Juan de Letrán y Santa María la Mayor. Allí permaneció la imagen del Perpetuo Socorro durante trescientos años. Los escritores de la época narraron ampliamente los milagros atribuidos a la imagen. El siglo XVII parece ser el más intenso en la devoción y culto a la Virgen del Perpetuo Socorro.

En febrero de 1798, con la invasión de Napoleón, sus tropas se apoderan de Italia y destruyen en Roma más de treinta iglesias, entre ellas la de San Mateo. Los religiosos agustinos salvan el icono y se lo llevan consigo a una pequeña capilla, quedando allí sin culto popular y en el olvido.

En 1855 los Redentoristas compran unos terrenos al lado de la Via Merulana, muy cerca de Santa María la Mayor. Se llamaba Villa Caserta y en su interior algún día estuvo edificada la iglesia de San Mateo. A través del padre Miguel Marchi se descubre en 1865 el paradero del icono. El 11 de diciembre de 1865, los hijos de San Alfonso María de Ligorio, solicitan al papa la concesión del Perpetuo Socorro. El 19 de enero de 1866 la imagen regresa a la iglesia de San Alfonso, en el mismo emplazamiento donde había estado tres siglos.

Restaurada la imagen, ocupa el centro del ábside de la iglesia de san Alfonso y su devoción e influencia se extiende a los cinco continentes. El papa Pío IX dijo, en la audiencia al superior general de los Redentoristas el 11 de diciembre de 1865: «Den a conocerla a todo el mundo». Juan Pablo II, en su autobiografía «Don y misterio», al referirse a los orígenes de su vocación sacerdotal, afirma: «No puedo olvidar la trayectoria mariana. La veneración a la Madre de Dios en su forma tradicional me viene de la familia y de la parroquia de Wadowice. Recuerdo, en la iglesia parroquial, una capilla lateral dedicada a la Madre del Perpetuo Socorro a la cual por la mañana, antes del comienzo de las clases, acudían los estudiantes del instituto. También, al acabar las clases, en las horas de la tarde, iban muchos estudiantes para rezar a la Virgen».

Perpetuo Socorro VItoria-Gasteiz

Descripción del icono

La imagen o icono original del Perpetuo Socorro está pintado al temple sobre madera. Mide 53 cm de alto por 41,5 cm de ancho. Sobre un fondo de oro destacan cuatro figuras. En el centro, llenándolo todo como protagonistas, la Virgen María y el Niño Jesús; y en un lejano segundo plano, los dos arcángeles Miguel y Gabriel con los instrumentos de la Pasión. Según costumbre oriental, cada personaje está identificado por una inscripción griega en abreviatura.

La Virgen es mostrada sólo de medio cuerpo y de pie. Viste una túnica de color rojo abrochada en el cuello y un manto azul marino que la cubre desde la cabeza. Bajo el manto apunta una cofia de color verde mar, que recoge y oculta sus cabellos. Tiene sobre la frente dos estrellas. Las coronas de oro y pedrería del Niño y de la Madre son regalos del Capítulo vaticano para su coronación.

El Niño Jesús descansa sobre el brazo izquierdo de su Madre y se agarra con ambas manos a la mano derecha de María, buscando protección, al contemplar los instrumentos de la Pasión que le aguarda. Su figura es de cuerpo entero, vestido con túnica verde, ceñida con faja roja y de su hombro derecho cuelga un manto de color rojizo marrón. Tiene entrecruzadas las piernas y lleva los pies calzados con simples sandalias, con la peculiaridad que la del pie derecho queda suelta y colgando. Los instrumentos que presenta el Arcángel Gabriel son la cruz ortodoxa de doble travesaño y cuatro clavos. El Arcángel Miguel lleva la lanza y la esponja. Ambos arcángeles ocultan sus manos que sostienen un pomo con los símbolos de la Pasión. Los abundantes pliegues y sombreados de las vestiduras van profusamente marcados en color oro.

Las abreviaturas griegas que hay escritas sobre el icono significan ‘MP-ΘΥ (Μήτηρ Θεού, Madre de Dios en idioma español, inscripción que se halla en la parte superior del cuadro); OAM (Ο Αρχάγγελος Μιχαήλ, El Arcángel Miguel, inscripción en el lado superior izquierdo); OAΓ (Ο αρχάγγελος Γαβριήλ, El Arcángel Gabriel, inscripción en el lado superior derecho); y Iς-Xς ( Ἰησοῦς Χριστός, Jesús Cristo, al lado del Jesús Niño), respectivamente.

Mensaje del icono

María del Perpetuo Socorro es un icono bizantino de la escuela cretense, una imagen representativa de la Virgen de la Pasión. La interpretación general es clara. Los arcángeles Gabriel y Miguel presentan a Jesús niño los instrumentos de sus sufrimientos futuros. Al contemplar esta dramática visión, el Niño, en su condición de hombre mortal, se asusta y se estremece y en un brusco movimiento busca socorro en los brazos de su Madre, a cuya mano se aferra con fuerza. El susto y movimiento brusco del Niño están expresados por la contorsión de piernas, el repliegue del manto y la sandalia desprendida.