La cercanía no se mide en metros sino en gestos

En este momento tan importante para la comunidad cristiana, la llegada del Hijo de Dios nos ofrece un motivo, más que nunca, para hincharnos el corazón de esperanza. Dios vuelve a hacerse hombre y viene para acompañarnos, guiarnos y hacernos sentir su compañía.

Sin duda, esta Navidad de 2020 va a ser muy distinta a otras. La pandemia ha dejado -y sigue dejando- víctimas en muchos sentidos y sigue arrinconando nuestro ámbito de vida y trabajo más apreciado: el del encuentro. Acusamos el cansancio de muchos meses difíciles y las exigencias que buscan frenar la expansión del virus nos desaniman: no podemos juntarnos, abrazarnos ni besarmos… ni celebrar como solíamos hacerlo.

En medio de esta situación que ha provocado nuevas y complejas situaciones de vulnerabilidad, Cáritas nos pide que no dejemos a nadie atrás. Tenemos que seguir ofreciendo nuestra cercanía a las personas que nos necesitan y tenemos que poner a funcionar la creatividad y la audacia para sacarle el máximo partido a las herramientas que nos ofrecen las nuevas tecnologías para salvar las distancias. Junto a todo ello, podemos seguir haciendo cosas: participar en la medida de nuestras posibilidades en la labor de Cáritas, colaborar económicamente, dar a conocer el trabajo que se está haciendo y pedir apoyo para poderlo sostener.

Es el momento de sumar las buenas intenciones y convertirlas en gestos y acciones de solidaridad, compromiso y generosidad. Enlace a Cáritas Vitoria

¡Feliz Navidad y próspero Año Nuevo!
Gabon Zoriontsuak eta Urte Berri On!

 

 

-Madre, en la puerta hay un niño más hermoso que el sol bello, yo digo que tendrá frío, porque el pobre viene en cueros.

-Pues dile que entre y se calentará…