Tiempo Ordinario / Urtean Zehar

Lo cotidiano

Iniciamos el tiempo ordinario y con él entramos en lo cotidiano de la vida. El ritmo festivo se interrumpe para dar paso al caminar diario de la existencia.

Cotidianeidad renovada que precisa de un tiempo de preparación de aprendizaje para seguir adelante en el camino de la fe. Cuando la persona inicia un viaje y se marcha lejos, precisa meter en su equipaje tres elementos imprescindibles para mantenerse en ese camino personal y espiritual que nos une a otros.

1. Necesita primero recordar. Fundamental para reconocer quién te ha escogido y cuándo se produjo esa elección. Recordar mantendrá el vínculo, la comunión, la pertenencia a Dios en los momentos de dificultad.
2. El segundo elemento es interiorizar. Saber mirar para hacer nuestras las experiencias, las vivencias, para poder compartirlas con otros. Ser para dar, para darnos; sólo así podremos invocar juntos el nombre del Señor.
3. El último elemento imprescindible en nuestra maleta es identificar a quién queremos buscar por si al fin lo encontramos. “Éste es el Cordero de Dios”. El camino ha merecido la pena.