Evangelio del día: «El ciego estaba curado y veía todo con claridad». Mc8,22-26

El Camino Ignaciano pasa por 7 pueblos alaveses

A comienzos de enero de 2025, el Monasterio de Nuestra Señora de Montserrat, en la provincia de Barcelona, acogió el acto fundacional de la Asociación Española de Municipios del Camino Ignaciano, el cual recrea el recorrido que este santo –Ignacio de Loyola– fundador de la Compañía de Jesús hizo en 1522, hace más de 500 años, desde Loyola hasta la localidad catalana de Manresa.

Así, representantes institucionales de las localidades de Asparrena, Campezo, Elvillar, Laguardia, Kripán, Lapuebla de Labarca y Zalduondo participaron en este encuentro a los pies de la Virgen morena de Montserrat, advocación venerada por San Ignacio de Loyola al llegar a este lugar hace 5 siglos. Este trazado santo "visita" estas siete localidades alavesas. Hace dos años, la iglesia de Lapuebla de Labarca inauguró una imagen en honor al santo vasco para "recibir" y dar la bienvenida a todos los peregrinos.

Este camino se ha popularizado en los últimos tiempos, especialmente a raíz del quinto centenario de aquel viaje y que se celebró durante todo el pasado año 2022. Consta en total de 650 kilómetros y 27 etapas desde la localidad guipuzcoana de Loyola, siguiendo por Álava, La Rioja, Navarra, Zaragoza y Lleida para terminar en Manresa a escasos kilómetros de Montserrat.

Este recorrido por el noreste peninsular pretende perpetuarse en el tiempo como un recorrido de peregrinación cristiana, impulsado por la Compañía de Jesús, y a la vez ser un espacio para el recogimiento espiritual y también para el disfrute cultural y turístico en medio de la naturaleza animado por la vida y el testimonio de San Ignacio de Loyola.

El camino va desde la casa natal de Ignacio en Loyola, una torre-palacio de Azpeitia, hasta lo que se conoce como la “Cova de San Ignacio” en la ciudad de Manresa, cerca del Monasterio de Montserrat. Después de su conversión espiritual en Loyola, Ignacio sintió el deseo ardiente de seguir a Cristo como lo habían hecho ya muchos otros y abandonó su cómoda vida como hijo de una familia de nobles. El joven Ignacio decidió ir a contracorriente y se puso en camino hacia Jerusalén, siguiendo el Camino Real, que le llevaría a Barcelona. De allí salió en barco para proseguir su peregrinación a Tierra Santa. A su vuelta, tras estudiar en varias ciudades españolas y francesas, se ordenó sacerdote en Roma y fundó la Compañía de Jesús en 1540. Falleció en 1556 en una humilde celda en la sede de los jesuitas en la capital italiana. Fue canonizado por el Papa Gregorio XV en 1622 y es uno de los santos más venerados en el mundo. En la actualidad se calcula que hay más de 15.000 jesuitas alrededor del globo.

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