El Señor ha llamado a D. Hipólito Vicente
El dominico Hipólito Vicente, último capellán de las hermanas dominicas que habitaron el monasterio de San Juan Bautista de Quejana y responsable hasta la actualidad de la parroquia ubicada en el centro de este complejo religioso y propiedad de la Diócesis, falleció en la madrugada del 20 de noviembre a los 87 años de edad en Villava, Navarra.
Natural del pueblo salmantino de Villaseco de Reyes, ingresó en el noviciado de los dominicos de Salamanca a los 19 años. Tras superar con éxito su formación teológica, se trasladó a Cantabria para licenciarse en Filosofía, algo que logró con muy buenas calificaciones. Regresó a Salamanca para finalizar sus estudios de Teología en la Universidad Pontificia y finalmente fue ordenado sacerdote en 1966 en la iglesia del espectacular convento de San Esteban de esta ciudad castellanoleonesa.
Su primer destino fue en la ciudad de La Coruña como sacerdote dominico destinado en varias tareas pastorales para pocos años después pasar a la basílica de la Virgen del Camino de León, lugar muy conocido por ser parte de la ruta del Camino de Santiago. En 1975 la curia dominica en España le destina a la Diócesis de Vitoria como apoyo a la amplia comunidad dominica presente en Álava. Así, el Obispo de Vitoria le encargó en 1976 la atención pastoral del Valle de Ayala con Quejana como epicentro. Desde entonces ha permanecido allí celebrando misa a las monjas dominicas –hasta su marcha en 2008 por falta de vocaciones–, así como a los vecinos de Beotegui y Lujo. De esta manera se convirtió en el capellán y sacerdote referente de Quejana durante 48 años.
En este casi medio siglo, el padre Hipólito fue también el guía principal durante varias décadas para las más de 17.000 personas que visitaban anualmente este conjunto monumental desde los años 90, cuando se ofreció a hacerlo de manera voluntaria, dejando además muy buen sabor de boca en todo aquel que quería conocer este lugar único en el Valle de Ayala, declarado Bien Cultural y adquirido en pasado año 2022 por la Diputación Foral de Álava –a excepción de la iglesia que sigue siendo propiedad eclesial–.
El funeral por el eterno descanso de su alma en el Señor se celebró el jueves 21 de noviembre en el convento de los frailes dominicos de Villava, a escasos kilómetros de Pamplona, lugar donde residía desde julio del pasado año por enfermedad.