El Señor ha llamado a la hermana Adoración, carmelita vedruna
La familia Vedruna de la ciudad de Vitoria está de luto por el fallecimiento de una de sus religiosas más admiradas tanto por profesores como por varias generaciones de alumnas del colegio del Sagrado Corazón de Jesús de la capital alavesa.
La hermana Adoración fallecía en la tarde del día de los Difuntos –el pasado 2 de noviembre– a los 98 años de edad. “Lúcida como siempre ha sido, cariñosa con todos, buena profesora de sus alumnas y religiosa ejemplar, hoy recordamos a nuestra querida hermana Adoración, quien ya está seguro en el Cielo abrazada por Jesús”. Así la definía hermana Inés, la superiora de esta congregación, a esta monja en su funeral celebrado en la iglesia del Gure Aita, en el convento que las carmelitas vedruna tienen en la calle Ramón y Cajal.
Hasta hace aproximadamente 4 meses, la hermana Adoración residía en la casa que la comunidad tiene en el colegio del Sagrado Corazón. Allí vivió siendo profesora y tras jubilarse permaneció ayudando en tareas pastorales y puntualmente apoyando con clases extraescolares a alumnas y alumnos de este colegio en asignaturas de Ciencias. Fue profesora de las materias de Física y Química durante más de 40 años en este centro educativo, siendo varias las generaciones de vitorianas que han sido formadas por ella en este campo. Desde junio se trasladó al convento de Ramón y Cajal que cuenta con enfermería para una mejor atención debido a su avanzada edad.
Natural de Medina del Campo, Valladolid, nació en el año 1926 en el seno de una familia creyente. Primera de tres hermanas, en la escuela destacaba por su destreza con las matemáticas. De carácter bondadoso, acudía a misa de manera semanal por su profundo amor al Corazón de Jesús, sintiendo la llamada del Señor para ser religiosa. Este importante paso lo dio mas adelante, pues quiso antes estudiar la carrera de Químicas en la Universidad de Valladolid. Tras superar estos estudios con matricula de honor, a los 26 años ingresa en el noviciado de la comunidad de las Hermanas Carmelitas de la Caridad Vedruna de Vitoria. Tras profesar sus votos termporales y permanentes, se dedica a la docencia en materias científicas. Desde los 28 años y hasta los 68, estuvo dedicándose a esta tarea académica con un plus: el de su bondad, dulzura y cariño a todas sus alumnas del colegio vitoriano del Sagrado Corazón, el cual desde su fundación en 1894 y hasta principios de los 90 del siglo pasado fue exclusivamente femenino. Muy devota de la Virgen María, presidió la congregación mariana de esta comunidad durante varios años, mostrando que seguir a María es también seguir a Jesús.
Rogamos una oración por el eterno descanso de su alma en el Señor, quien le ha llamado para ser parte ya de la Patria Celestial. Y agradecemos su vida al servicio de la Iglesia por medio de la enseñanza de carisma carmelita vedruna.