Evangelio del día: «Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida». Jn6,52-59

Evangelio comentado 28 abril

Lee la Palabra de Dios y tómate un tiempo para meditarla. ¡Feliz lectura!

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Juan 6, 30-35

En aquel tiempo, el gentío dijo a Jesús:
«¿Y qué signo haces tú, para que veamos y creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: “Pan del cielo les dio a comer”». Jesús les replicó:
«En verdad, en verdad os digo: no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo».
Entonces le dijeron:
«Señor, danos siempre de este pan».
Jesús les contestó:
«Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás».

Comentario por Esperanza Gómez de la Iglesia

El evangelio de hoy me sugiere que hemos sido invitados a descubrir al Jesús Vivo como nuestro compañero de camino “Él es todo y nos da todo” y nos invita a comer de su pan de vida.

«¿Y qué signo haces tú, para que veamos y creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: “Pan del cielo les dio a comer”».

Nuestra identidad como cristianos nos la da el poder del Espíritu Santo que nos aporta lo más valioso: nuestra alegría como seña de identidad porque llevamos a un Dios vivo dentro de nosotros, la paz que nos aporta el espíritu Santo, bondad para sembrar y llegar al otro contagiando esperanza, la paciencia porque todos necesitamos darnos más tiempo, el gozo del alma de sentir que somos parte de Él…

Pero por desgracia, vivimos en una sociedad con mucha sed, todo el mundo busca algo y lo más sencillo es quedarse en lo superficial, como se ha evidenciado estos últimos años hasta la tempestad de esta pandemia. Por eso debemos ir con afán de superación, mucho más allá de lo convencional y arriesguemos sin miedo ni limitaciones para poder meter a Dios en nuestras vidas. Es hora de quitar los interrogantes y de dar un paso al frente, de ser consecuentes con la riqueza que Él nos brinda día a día. No busquemos signos externos, busquemos en nuestro interior y solo así encontraremos la comunión con el Cristo Resucitado, “Él, es el verdadero maná”. 

Muchas veces nuestra pereza no nos deja ver que somos invitados todos los días a descubrirle y sin embargo seguimos con la venda puesta. ¡Qué importante es cambiar la mirada, abrir el corazón y dejarnos modelar por Él!

En este momento de desierto que estamos viviendo, en la comunidad cristiana nos puede surgir muchas dudas, pero no debemos olvidar nunca que somos comunión con Cristo, es hora de apostar por la madurez de la fe”. “Él es el Pan de Vida que si seguimos su camino no pasaremos hambre y si creemos en Él nunca pasaremos más sed”.

¡SEÑOR, DANOS SIEMPRE DE ESTE PAN QUE ERES TÚ, PAN DE VIDA!

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