Evangelio comentado 5 mayo
Lee la Palabra de Dios y tómate un tiempo para meditarla. ¡Feliz lectura!
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Juan 10, 22-30
Se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación del templo. Era invierno, y Jesús se paseaba en el templo por el pórtico de Salomón.
Los judíos, rodeándolo, le preguntaban:
«¿Hasta cuándo nos vas a tener en suspenso? Si tú eres el Mesías, dínoslo francamente».
Jesús les respondió:
«Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, esas dan testimonio de mí. Pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas. Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Lo que mi Padre me ha dado es más que todas las cosas, y nadie puede arrebatar nada de la mano de mi Padre. Yo y el Padre somos uno».
Comentario por Luis Antonio Preciado
Seguimos celebrando la Pascua de Resurrección. La Liturgia nos invita a contemplar, reflexionar y orar con el texto del Evangelio de Juan.
Jesús está paseando en el Templo. Es un lugar de oración (relación con Dios Padre); lugar de encuentro para celebrar fiestas y practicar la enseñanza con los hermanos. No es un lugar cualquiera. El pasear de Jesús es la contemplación de la vida, de todas las dimensiones del ser humano.
Y en ese lugar Jesús es interrogado. Nosotros también tenemos, en estos momentos, muchas inquietudes, preguntas, incertidumbres…, unas personales y otras colectivas. Jesús nos enseña. Primero, a confiar en Él. Todo lo que es Él, es Vida, es regalo. El es el Pastor que está en medio de nosotros, nos muestra el camino, no huye. Es el Buen Pastor.
Nos enseña y nos demuestra que nuestras inquietudes y preguntas reflejan nuestro interior, las actitudes. En definitiva, si lo que vivimos y sentimos, lo vivimos con el corazón abierto, dispuestos y dispuestas a acoger sus Palabras como auténtico regalo. Las preguntas de aquellos judíos, que hemos escuchado en el Evangelio, manifiestan tentación, quieren que se confirme la negación. A nosotros nos puede pasar lo mismo. Ante inquietudes y problemas, como ocurre en nuestras circunstancias actuales de tipo sanitario, o ante los datos del paro registrado en Álava que hoy se han publicado, o ante las futuras y presentes circunstancias económicas…, podemos posicionarnos en lo que no podemos hacer, o centrarnos en lo que podemos hacer. No podemos pasear a todas las horas del día, por ejemplo. Pero podemos hacer oración, leer con tranquilidad, llamar por teléfono, preguntar por la situación de nuestros vecinos…. Es cuestión de que nuestras actitudes estén disponibles para el compromiso y la colaboración, o encerradas en esquemas egoístas.
Hoy estamos invitados, como Jesús, a pasear por los caminos y las cuestiones de nuestra vida, personal y social. Pasear para relacionarnos intensamente con Dios Padre en los templos cercanos y en los monumentales. Estamos invitados a vivir, experimentar el signo principal de nuestra fe: ¡Jesús ha resucitado! Jesús con sus enseñanzas nos ha preparado para que lo podamos vivir. ¡Que seamos signo, aliento, esperanza para quienes nos rodean mientras paseamos en casa, en el trabajo, en las llamadas de teléfono…, en todo lo que podemos hacer!