Evangelio del día: «Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida». Jn6,52-59

Evangelio comentado 7 mayo

Lee la Palabra de Dios y tómate un tiempo para meditarla. ¡Feliz lectura!

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Juan 13, 16-20

Cuando Jesús terminó de lavar los pies a sus discípulos les dijo:
«En verdad, en verdad os digo: el criado no es más que su amo, ni el enviado es más que el que lo envía. Puesto que sabéis esto, dichosos vosotros si lo ponéis en práctica. No lo digo por todos vosotros; yo sé bien a quiénes he elegido, pero tiene que cumplirse la Escritura: “El que compartía mi pan me ha traicionado”. Os lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis que yo soy.
En verdad, en verdad os digo: el que recibe a quien yo envíe me recibe a mí; y el que me recibe a mí recibe al que me ha enviado».

Comentario por María Jesús Pinedo, laica

El texto de este Evangelio nos sitúa en la celebración de la última cena; Jesús ya sabe que uno de los suyos le va a traicionar, pero aún así, comparte su pan con él.

Jesús nos dice “el criado no es más que su amo ni el enviado más que el que lo envía”. Él nos recuerda que Dios ha creado a todos los hombres iguales, somos nosotros los que marcamos distancias y nos creemos con potestad sobre los demás.

Cada uno de nosotros hemos sido elegidos por Dios Padre para una misión y nos ha concedido los talentos necesarios para llevarla a cabo.  Jesús, rostro de la misericordia de Dios, dio su vida por amor y ahora nos invita a que como Él tratemos con amor a nuestros hermanos, y esta pandemia nos lo pide más que nunca; es posible que no tengamos que dar la vida por ellos, aunque hoy en día muchas personas, llevadas por su misión y por la situación actual, la están dando. Como por ejemplo los misioneros, los sanitarios, los sacerdotes y otras personas que con su trabajo del día a día durante esta pandemia, en su cuidado a otras personas, se están contagiando e incluso muriendo. Ellos están entregando su vida por amor.

En este Evangelio también nos dice “el que recibe a quien yo envíe, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe a quien me ha enviado”. ¿No es este texto un resumen de las Obras de Misericordia? Pues bien, sabiéndonos enviados, seamos fieles a la misión que Jesús nos ha encomendado y sirvamos al hermano de igual a igual, tal y como Dios nos creó. Cuando desde nuestro servicio hospitalario atendemos a un enfermo, a un preso, a un marginado, a cualquier persona que nos necesita, no somos nosotros los protagonistas, sino los mensajeros de Dios. Jesús y su Santísima Madre, la Virgen María, se sirven de nuestras manos, nuestras sonrisas y gestos para que con nuestra acción seamos sus manos y cumplamos el mandato de Jesús, para el cual hemos sido elegidos y enviados.

© 2024 Diócesis de Vitoria / Gasteizko Elizbarrutia