Evangelio del día: «Esa pobre viuda ha echado más que nadie». Mc12,38-44

Exaltación de la Santa Cruz y Nuestra Señora de los Dolores

La Madres Dominicas y la Cofradía de la Vera-Cruz te invitan a participar en la Eucaristía que con motivo de la Festividad de la Exaltación de la Santa Cruz se celebrará este lunes 14, a las 19:00h, en la Iglesia del Convento de la Santa Cruz (C/ Pintorería 96). Al finalizar la misa, podremos venerar el Lignum Crucis (reliquia de la Santa Cruz). La Exaltación de la Santa Cruz se celebra en este monasterio como solemnidad por ser su titular.

El 14 de septiembre es una fecha señalada en el calendario festivo de la Iglesia: la exaltación de la Santa Cruz. El que fuera instrumento de tortura en la época del Imperio Romano se convirtió en un símbolo para la cristiandad. La madre del emperador Constantino, santa Elena, fue la “arqueóloga” que se obstinó en localizar la Cruz verdadera (la Vera-Cruz), el verdadero madero al que fue clavado Jesús de Nazaret. Ésta, la Cruz de Cristo, es y ha sido una de las reliquias más preciadas por los cristianos de todo el mundo: el Lignum Crucis (literalmente, madera de la Cruz).

Y también, el martes 15, a las 20:00h, en la parroquia de los Desamparados, Eucaristía en honor a Nuestra Señora de los Dolores. En el día de Nuestra Señora de los Dolores, la vitoriana cofradía de la Soledad en la Vera-Cruz nos convoca a orar por todas las personas que sufren, bien sea en la iglesia de los Desamparados –con todas las medidas preventivas– o desde casa.

Breve historia de la Santa Cruz

Tras el Concilio de Nicea, Elena, madre del emperador Constantino, se habría trasladado a Jerusalén junto con una delegación imperial. No hay datos exactos del motivo de la visita ni del año, solo se sabe que fue entre los años 325 y 327. Eusebio de Cesarea[1] indica que la intención de Constantino era erigir una iglesia del Santo Sepulcro. Sin embargo, Eusebio no narra el descubrimiento de la “Vera crux” (cruz auténtica), se cree que por no reducir la gloria de Constantino en relación con el descubrimiento del Santo Sepulcro. Es Gelasio, también de Cesarea y discípulo de Eusebio, quien narra en su Historia de la Iglesia (escrita hacia el 390) los detalles del descubrimiento. Aunque el texto quedó perdido, contamos con una cita de la obra en la Historia de la Iglesia de Rufino que dice lo siguiente:

"Alrededor del mismo período, Elena, la madre de Constantino, una mujer incomparable por su fe, religiosidad, inigualable grandeza moral, se fue de viaje (...) a Jerusalén y allí se informó entre sus habitantes acerca del lugar en el que el cuerpo de Jesús había sido clavado a la cruz. Este lugar era muy difícil de individuar porque los primeros perseguidores habían erigido allí una estatua a Venus, ya que, cuando un cristiano quería venerar a Cristo en aquel lugar, parecía que rendía culto a Venus. Por esta razón, aquel lugar era poco frecuentado y casi había caído en el olvido. Pero cuando, como se decía, la pía mujer se dirigió al lugar que le había sido indicado por una señal celestial, hizo derribar cuanto había de vergonzoso y penoso y removió la construcción hasta lo profundo". La historia es muy bonita, la puedes leer en este enlace de la Wikipedia.

El leño fue partido en dos y posteriormente pequeñas astillas del mismo se repartieron por distintos lugares del mundo. En Vitoria-Gasteiz tenemos constancia de al menos tres: la que custodian las reverendas madres dominicas en el convento de la Santa Cruz, la que custodia la Cofradía de la Vera-Cruz en la Iglesia de los Desamparados y una tercera en la Catedral de Santa María.

El Lignum Crucis de las dominicas no alcanza las dimensiones de los conservados en Roma, París, Liébana, Caspe o Caravaca pero su veracidad aparece documentada por el pliego que se conserva al dorso del relicario, fechado y sellado en Roma a 20 de abril de 1706 durante el papado de Clemente XI.
La advocación del convento vitoriano a la Santa Cruz está vinculada a los fundadores y patronos de su iglesia: el licenciado Hortuño Ibáñez de Aguirre y su esposa María de Esquível y Arratia, quienes sentían una especial devoción por la Santa Cruz. Esto queda reflejado no solo en la fachada de la iglesia sino también en su capilla funeraria ubicada en la parroquia de San Vicente.

Parece que la reliquia llegó a la ciudad de la mano de otro vitoriano ilustre, Francisco de Isunza, canónigo de la catedral de Santo Domingo de la Calzada. Desde entonces, según la crónica conventual, cada 14 de septiembre, día de la Exaltación de la Cruz, salía de la clausura a la iglesia para que los fieles vitorianos la pudieran venerar… como sucederá también este 14 de septiembre. ¡Te esperamos!

Te adoramos, Oh Cristo y te bendecimos porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.

[1] Eusebio de Cesarea (c. 263 - 30 de mayo de 339, ​​probablemente en Cesarea de Palestina), conocido como padre de la historia de la Iglesia ya que sus escritos están entre los primeros relatos de la historia del cristianismo primitivo.

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