Evangelio del día: «¿A quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna». Jn6,60-69

Gratis habéis recibido, dad gratis — 11 febrero, Jornada Mundial del Enfermo

«Gratis habéis recibido, dad gratis», es el lema de la Jornada Mundial del Enfermo 2019. El departamento de Pastoral de la Salud, dentro de la Comisión Episcopal de Pastoral, ha editado los materiales para esta Campaña que en España tiene dos momentos. El 11 de febrero, festividad de Nuestra Señora de Lourdes, es el Día del enfermo, de carácter mundial. La Iglesia en España celebra el 26 de mayo la Pascua del enfermo. 

En Vitoria Gasteiz la Catedral Santa María acogerá el rezo del Rosario a las 17.30 horas y a continuación, a las 18.00 h., la eucaristía que presidirá el obispo D. Juan Carlos Elizalde. A continuación la imagen de la Virgen de Lourdes será trasladada en procesión por los miembros de la Hospitalidad hasta la parroquia de San Vicente, donde compartirán una merienda para festejar la fiesta.

Con esta Campaña se pretende reconocer el valor de la gratuidad en la entrega al cuidado de los enfermos, como reconocimiento del recibido. Es necesario hacer una reflexión en la importancia del voluntariado y la necesidad de animara más personas en esta dirección.

El Papa Francisco, en el Mensaje con motivo de esta jornada, que se celebrará solemnemente en Calcuta, destaca la figura de la Madre Teresa como "modelo de caridad que hizo visible el amor de Dios por los pobres y los enfermos".

Madre Teresa, a lo largo de toda su existencia, ha sido una generosa dispensadora de la misericordia divina, poniéndose a disposición de todos por medio de la acogida y la defensa de la vida humana, tanto la no nacida como la abandonada y descartada.(…) Se ha inclinado sobre las personas desfallecidas, que mueren abandonadas al borde de las calles, reconociendo la dignidad que Dios les había dado; ha hecho sentir su voz a los poderosos de la tierra, para que reconocieran sus culpas ante los crímenes (…) de la pobreza creada por ellos mismos. La misericordia ha sido para ella la “sal” que daba sabor a cada obra suya, y la “luz” que iluminaba las tinieblas de los que no tenían ni siquiera lágrimas para llorar su
pobreza y sufrimiento. Su misión en las periferias de las ciudades y en las periferias existenciales permanece en nuestros días como testimonio elocuente de la cercanía de Dios hacia los más pobres entre los pobres

Homilía, 4 noviembre 2016

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