Dioecesis Victoriensis

La Diócesis de Vitoria (en latín, Dioecesis Victoriensis; en euskera, Gasteizko Elizbarrutia) comprende 3.283 km2, pertenecientes a toda la provincia de Álava, más el enclave vizcaíno de Orduña (Bizkaia); y los burgaleses del Condado de Treviño y La Puebla de Arganzón.

Pertenece a la provincia eclesiástica de Burgos. En la actualidad cuenta con 422 parroquias, englobadas en 16 arciprestazgos que configuran 5 zonas pastorales. Su población se estima en 310.000 habitantes.

HISTORIA

La Diócesis de Vitoria fue erigida por Pío IX el 8 de septiembre de 1861 por la bula In Celsisima. Englobaba los territorios de las tres provincias vascas. Su sede era la ciudad de Vitoria. En Álava había entonces 436 localidades servidas por 663 clérigos. La Diócesis vivió las transformaciones políticas y sociológicas tratando de poner moderación en los conflictos bélicos.

  • La antigua colegiata de Santa María fue consagrada como catedral en 1863.
  • En 1880 se inauguró el Seminario Conciliar y D. Mateo Múgica inauguró en 1930 el Seminario Diocesano actual.
  • En 1941 se crean las Escuelas Profesionales Diocesanas.
  • En 1947 Pío XII concedió a la diócesis las Misiones Diocesanas.
  • En 1950, por la bula Quo commodius –de Pío XII–, se separan de la Diócesis de Vitoria las provincias de Vizcaya y Guipúzcoa, constituyéndose las diócesis de Bilbao y San Sebastián.
Orígenes del cristianismo

La arqueología ha puesto al descubierto un templo paleocristiano del siglo V en Salinillas de Buradón. De ello se deduce que en la tardorromanidad existía al menos una comunidad parroquial firmemente asentada que contaba incluso con pila bautismal.

Son abundantísimos los testimonios de la presencia, en las cuencas del río Ayuda y del Omecillo, de grupos de eremitas con sus iglesias y celdas. Su origen parte también de ese mismo momento tardorromano aunque continuaron existiendo durante la Alta Edad Media. Uno de estos templos continúa todavía en culto: Nuestra Señora de la Peña en Faido.

Papa Pío IX.

Obispados de Armentia y Valpuesta

Como consecuencia de la invasión musulmana del Valle del Ebro se produce, hacia la mitad el S.IX, la emigración de muchos cristianos del Obispado de Calahorra hacia tierras libres de la presencia permanente de los musulmanes. Las tierras de Alava, refugio de muchos de esos cristianos, dependen, en un principio, del reino astur-leonés. Bascularán después, a mediados del S.X, hacia el reino de Pamplona y acabarán, al final, bajo la órbita de Castilla. Religiosamente eran tierras ya muy cristianizadas.

Cuando el obispo Juan funda el obispado de Valpuesta, –el año 804– dice: “Encontré allí iglesias antiguas: de los Santos Cosme y Damián, de San Esteban, San Cipriano, San Juan, San Pedro y San Pablo y San Caprasio”. Surge entonces en el centro de Álava el Obispado de Armentia.

En la documentación de los siglos IX-XI aparece una decena de personas a las que se les titula “obispo en Álava, de los alaveses, en Veleia y en Armentia”.

Don Fortunio, el último obispo, es el más conocido. Provenía del monasterio de Leire y siempre permaneció en la órbita de Pamplona. Fue a Roma hacia 1072 a defender ante el Papa Alejandro II la validez del rito hispánico. Murió hacia 1087 y con él desapareció, no sin tensiones, el obispado de Álava absorbido por el de Calahorra y la liturgia tradicional hispánica fue desplazada por el nuevo rito romano. Las más de 300 aldeas, citadas en la Reja de San Millán, tendrían unos pequeños templos prerrománicos. De sus altares y celosías quedan significativas muestras esparcidas por todo el territorio.

Similar fue el origen y desarrollo del Obispado de Valpuesta en el nordeste de Burgos y en el occidente de Álava. Quizás fue también continuación de la antigua diócesis de Calahorra o de la de Oca. En Valpuesta se documentan hasta 21 obispos entre los siglos IX y XI.

Antiguo Obispado Alavense.

Diócesis de Calahorra: Arcedianato de Álava

Absorbida la sede de Armentia por Calahorra, los cristianos de la Álava nuclear se integraron en la organización calagurritana encuadrados en el Arcedianato de Álava, uno de los cinco del Obispado; el Arcedianato de Berberiego englobaba a parte de las parroquias de la parte oriental de Álava; ambos ejercían el control de toda la zona vasca. El Arcedianato de Álava incluía los arciprestazgos de Eguílaz, Gamboa, Cigoitia, Vitoria, Léniz, Zuya, Cuartango, Orduña, Ayala, la Ribera y Treviño. Se constata un gran aumento del clero secular: en cada lugar había cinco o más clérigos.

Entre los siglos XII y XV se construyen en los núcleos rurales las iglesias románicas y en las villas las iglesias góticas que han llegado hasta nuestros días. Gran parte de estos templos fueron construidos y sustentados por mecenas particulares; poco a poco se irán solucionando los problemas entre los patronos seglares y la autoridad del obispo. Los franciscanos y dominicos se establecen en Vitoria.

A partir de 1087 la basílica de Armentia se convierte en colegiata; en 1135 había en la misma diez clérigos. El obispo D. Rodrigo de Cascante (1146-1190), que en 1173 habla de su casa episcopal en Armentia, firma el fuero de población concedido a Vitoria en 1181 con el título antiguo de “obispo armentiense”; sería precisamente este obispo el que construyera la actual basílica románica, unos cien años después de que desapareciera el obispado de Armentia.

Tímpano 'Agnus Dei' (Armentia).

Colegiata de Santa María de Vitoria

Fundada la villa de Vitoria se establece una pugna entre la nueva población y la vieja Armentia. La villa, punto importante del comercio entre Castilla y Europa, se va apropiando de las aldeas vecinas, la “universidad de parroquias” reclama los diezmos de las mismas en detrimento de la colegiata de Armentia. Como consecuencia de todo ello la colegiata de Armentia se traslada a Santa María de Vitoria en 1496. Los vitorianos solicitan al cardenal Adriano de Utrecht la creación de la diócesis de Vitoria; y el cardenal, elegido sumo pontífice durante su estancia en Vitoria en 1522, así lo promete.

En torno al Concilio de Trento, en el que participan numerosos obispos de origen alavés, los templos se visten interiormente de retablos, cruces, custodias, púlpitos, capillas. Misioneros alaveses, como Tomás de Zumárraga, Jacinto de Esquível y Fermín de Lasuen, evangelizan las tierras descubiertas. Otros alaveses colaborarán en la colonización y con sus envíos a la parroquia de origen enriquecerán el patrimonio religioso con objetos de plata americana. Torres y pórticos, a caballo entre los siglos XVIII y XIX, configurarán de forma definitiva la estructura de las iglesias hasta nuestros días.

Ya en la Edad Contemporánea las guerras contra Francia y la desamortización provocan un gran expolio en los templos.

Cardenal Adriano de Utrecht, elegido Papa en Vitoria (9-01-1522).

Patronos de la Diócesis

El 31 de octubre de 1863 el Boletín eclesiástico daba la noticia de que Pío IX, por rescripto del 21 de mayo precedente, se había dignado conceder que San Prudencio, obispo, y San Ignacio de Loyola, confesor, fuesen tenidos como co-patronos de esta diócesis y honrados en ella con todo el rito correspondiente. El 12 de marzo de 1868, el rescripto de Pío IX nombraba patrono de Álava a San Prudencio, y de Guipúzcoa y Vizcaya a San Ignacio de Loyola. El Ayuntamiento de Vitoria acogió tan piadosa determinación con notable satisfacción, espoleando además la atención del clero alavés para la adquisición y traslación de las reliquias del glorioso patrón.

Por su parte, Nuestra Señora de Estíbaliz fue coronada canónicamente en 1923 por el obispo de la Diócesis, D. Leopoldo Eijo Garay, y nombrada por el Papa Pío XII Patrona de Álava en 1941. Desde ese año, la Comunidad de Benedictinos se hace cargo del  Monasterio. El Santuario data del siglo XII al igual que la talla románica de la Virgen de Estíbaliz, de madera policromada, que representa a la Virgen María como Sedes Sapientiae (trono de sabiduría) de Jesús. A pesar de que la fiesta de la Virgen de Estíbaliz se celebra en septiembre desde 1923, el 1 de mayo tiene lugar la feria de los desagravios de Estíbaliz, de la que se tiene constancia desde el siglo XV. En ella se hacía la ofrenda de los grandes cirios, se celebraba un mercado, atestiguado desde el siglo XII, y se administraba justicia en los llamados Desagravios de Estíbaliz.

Dibujo de Obdulio López de Uralde, Lit. Fournier año MCMXXXIII.