Jóvenes de Elkarbidea (Marianistas): experiencia de Comunidad y Misión en Huesca
Elkarbidea, un grupo de fe y tiempo libre que lleva caminando juntos 27 años en el colegio Santa María (MARIANISTAS) en Vitoria-Gasteiz. En total somos alrededor de 450 chavales de edades comprendidas entre los 13 y los 18 años, a cargo de 40 monitores.
Además de las reuniones semanales, veladas, excursiones y convivencias, contamos con el campamento de Navidad y la actividad de verano como puntos fuertes para cultivar en nuestros jóvenes el estilo de vida de Jesús.
En este artículo, en concreto, nos vamos a ceñir a la actividad final de este recorrido de seis años que consiste en vivir una experiencia de Comunidad y Misión, donde el principal objetivo es servir a los demás.
“Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.” Mc 10, 45
Como bien dice la cita, nuestro objetivo es eso mismo, que experimenten el amor desinteresado hacia el prójimo. Los preferidos de Jesús.
Para poder afrontar una actividad de estas características, no vale sólo con participar en ella, sino que conlleva un trabajo previo para abordar el voluntariado. Una formación en pequeño grupo donde los monitores y los chavales se preparan para afrontar distintas situaciones de vulnerabilidad. Queremos así, preparar a cada sujeto que se va a empapar de distintas realidades y que dejen huella en su persona.
Este año, 27 chicos y chicas que acaban de terminar 2º de Bachillerato, se han acercado junto a 3 monitores hasta Huesca para descubrir la esencia de la Casa Familiar de los Hermanos Franciscanos de la Cruz Blanca. En dicha casa conviven 80 usuarios con distintas necesidades relacionadas con la trata de mujeres, drogodependencias, enfermedades mentales, la enfermedad del VIH e incluso geriatría.
“Mi nombre es Daria Gainzarain, tengo 18 años. Afrontar esta realidad no ha sido fácil en un primer momento, pero poco a poco, cuando dedicas tu tiempo a escuchar cada una de sus historias, te das cuenta de que merece la pena venir a estar con estas personas. Con poco que hagas, ellos son felices y, a la vez, uno recibe mucho más de lo que está dando. Animo a cualquier joven que se esté planteando vivir una experiencia igual a la que estoy viviendo. No tengáis miedo, vale la pena intentarlo.”
Nosotros, junto a los trabajadores y educadores socio-sanitarios, monitores, enfermeros, psicólogos y los propios hermanos franciscanos de Cruz Blanca, intentamos hacerles la vida un poco más amena durante nuestra estancia. Organizamos actividades diversas de acompañamiento tales como: Paseos, visitas guiadas, excursiones, talleres, juegos lúdicos, fiestas, cineforums, oraciones…
Nuestra labor no queda sólo recogida en la Casa Familiar San Lorenzo, sino que también nos desplazamos al Centro San Isidoro, propiedad de la Fundación Cruz Blanca, para colaborar en el Economato Social, la Escuela de Verano y la Campaña contra la Trata de Mujeres.
“Mi nombre es Iñigo Alzaga, tengo 17 años, a punto de cumplir los 18. Una de las cosas que más me está llamando la atención es la sinceridad con la que cada uno de los usuarios residentes en la Casa Familiar San Lorenzo cuentan sus hazañas vividas, sin importar lo que puedan opinar los demás y, al mismo tiempo, ver lo que están cambiando tanto físicamente como en la manera de afrontar la vida. Son personas deseosas de recibir visitas. Se les hace muy largo la estancia cuando no hay ningún grupo que les visite. Están emocionados con nuestra presencia. Nos cogen mucho cariño y nosotros también a ellos. Va a resultarnos muy dura la despedida.”
Los monitores de Elkarbidea vemos imprescindible preparar el terreno previamente para tomar conciencia de la experiencia que van a vivir a lo largo de estos 14 días. Estamos convencidos de que esta experiencia va a marcar sus vidas y la de otras muchas personas.