Evangelio del día: «Ascendió al cielo y se sentó a la derecha de Dios». Mc16,15-20

Jubileo de peregrinaciones diocesanas

El pasado domingo 20 de enero los peregrinos de la diócesis celebraron su Jubileo. Minutos antes de la eucaristía, el Obispo Don Juan Carlos Elizalde bendijo el nuevo órgano de la Catedral María Inmaculada. En esta celebración actuaron como organistas Floren Unzueta, organista titular de la Catedral María Inmaculada e Ignacio Echave, feligrés de la parroquia. Intervino el Coro Itzalde, de Okendo.

“Peregrinar crea fraternidad, se abren los corazones, se crean lazos de confianza... también nos descoloca nos desinstala pero nos da fuerza y hace crecer. El reunirnos en el jubileo nos plenifica. Estamos en camino con Jesús como referente, que es nuestro guía y nuestra meta” explicaba en la monición de entrada la responsable diocesana de peregrinaciones, Esperanza Gómez de la Iglesia.

Esta misma idea fue ampliada por Monseñor Elizalde en su homilía:

“La peregrinación es esencial a la vida y a la vida cristiana. Somos todos, desde niños, peregrinos. Somos historia y proceso (...) peregrinamos porque llevamos una promesa de felicidad en el corazón. El Jubileo Mariano es camino de plenitud.

En la peregrinación de la vida descubrimos que somos amados. El Señor se ha desposado con la humanidad. Por tanto capaces de Dios, capaces de amar y ser amados.

Peregrinando en la Iglesia no eres un número, sino un rostro. Somos hermanos, los hijos muy amados.

Cuando la vida se va aguando , como el vino en la boda de Cana, ahí está María, ayudando a convertir el agua insípida de la vida en Alegría de fiesta y de boda. En el Jubileo Mariano recuperamos la alegría y la certeza de ser los Hijos muy amados. El órgano que hoy nos acompaña expresa nuestra alegría. El canto sagrado, la música, constituye parte necesaria e integral de la liturgia solemne”

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