Kuartango Solidario, sembrando la esperanza en Rwanda
Leonardo Lizana es un sacerdote chileno que desde hace dos años estudia en la Facultad de Teología de Vitoria. También atiende pastoralmente los valles de Urkabustaiz y Kuartango. Una de las primeras realidades que conoció fue la iniciativa “Noviembre Solidario”, impulsada por el movimiento “Kuartango solidario”: “llegué en septiembre hará dos años y enseguida Juanrra, mi compañero sacerdote, me invitó a participar en las actividades de “Noviembre Solidario”, actividades de sensibilización todos los sábados del mes que culminaban en una cena solidaria. Ese año hubo mucho énfasis en reunir fondos para la Escuela Maternal de Kayenzi, en Rwuanda”.
Es precisamente este proyecto el que te ha hecho viajar durante algunas semanas a Rwanda, este verano, ¿por qué este viaje?
Este invierno hubo una reunión con Manos Unidas, que coordinan el proyecto de la Escuela que ayudamos a financiar. Vinieron con el proyecto, los planos, las fotografías, explicaron los pasos que se habían dado… allí me fui enterando más del tema. Con “Kuartango Solidario” conversamos de la necesidad de que alguien del valle fuera a conocer la Escuela, con tareas específicas. Primero, conocer en terreno la realidad de la escuela (inspeccionar el acabado de obra, que no se puede apreciar en fotografías). En segundo lugar, conocer a las religiosas rwandesas de las Hermanas Misioneras de Jesús, María y José, que son las que llevan adelante la escuela, porque hasta ahora la interlocución había sido con religiosas españolas de la congregación, pero ya son muy mayores y la mayoría han regresado a España. Y otra parte importante era conocer a las familias, comprobar si había un comité de padres… e intentar consolidarlo en sus primeros pasos.
¿Cómo es la escuela maternal de Kayenzi?
Actualmente hay 25 niños y 23 niñas, pero la escuela está pensada para 100 niños. La escuela es de un rango de 3 a 6 años, es una escuela maternal. La realidad es que es la mejor escuela de la zona, es una muy buena construcción, pero es una escuela maternal. Cuando los niños cumplen 6 y empiezan la educación primaria, tiene que marchar a las colinas. Allí los niños no van prácticamente a la escuela y la escuela pública es muy precaria. Religiosos y religiosas de distintas congregaciones están haciendo muy buena labor. Así que los familias sugieren que la escuela, que ahora es maternal, pudiera pasar también a primara. Pero bueno se irán solucionando los obstáculos por el camino.
¿En qué aspectos concretos apoya Kuartango Solidario a la Escuela?
La primera aportación desde KS fue para la construcción y posteriormente nos comprometimos a apoyar la manutención durante cuatro años: la gente de Kuartango y Urkabistaiz está muy empeñada en esto. Pero sí que nos preguntamos: después de 4 años ¿qué va a pasar? Nuestra pretensión, antes de viajar, era que en el futuro este proyecto se pudiera autofinanciar… claro, esto lo pensamos aquí, pero luego la realidad de Rwanda y Kayenzi es la que es: hay ya muchísimas cooperativas, apenas hay terreno, escasez de agua para los cultivos, y algunas familias incluso no tienen recursos para comer… La experiencia de Rwanda es muy fuerte. Yo soy chileno, y en mi país hay mucha desigualdad y mucha pobreza. Yo he visto pobreza y no me es ajena. Como sacerdote en Chile trabajé en lugares muy deprimidos. Pero en Rwanda ví miseria y esa experiencia es muy fuerte.
Se dice que las experiencias fuertes hacen crecer… ¿Qué has aprendido personalmente en estas semanas?
Rwanda es un país sobrepoblado, con una historia reciente marcada por el genocidio, una democracia ficticia.. el SIDA hace estragos, las cárceles están llenas… me sentía muy extraño al llegar, pero muy emocionado. Y me vine con una tristeza muy grande, porque me encontré con una gente maravillosa. Viven una miseria que no se si seríamos capaces de soportar. Pero viven con una alegría, con una generosidad…no tienen nada y lo poco que tienen, te lo regalan. Hay una calidad humana sorprendente y te hace sentir mal por tus miserias. Así que yo fui a hacer un informe, con la idea de que nosotros somos los que ayudamos, y al final es al revés: ellos te devuelven la esperanza. Hacía ya mucho tiempo yo no me sentía orgulloso de la Iglesia: hemos hechos cosas mal, solo escuchamos cosas negativas, a veces somos tan mezquinos… al conocer la obra de estas religiosas, otros colegios y proyectos de jeusitas, salesiano, … esto te conmueve… todo lo que se mueve allí por el Espíritu, esa convicción y esas opciones de vida…te conmueven y te maravillan.
¿Y qué es lo que planteáis desde Kuartango Solidario?
Tenemos idea de que la gente pueda ir a conocer el proyecto, porque hay que captar ese espíritu, conocer la realidad, valorar lo que tenemos y ver qué podemos hacer. Así podremos conseguir que se sigan apoyando estos proyectos y mejorando la vida de muchísimas personas.