Evangelio del día: «La madre de Jesús conservaba todo esto en su corazón». Lc2,43-51

La diócesis celebró la Pascua del Enfermo en el marco del Año Jubilar

El pasado sábado día 25 de Mayo, en la proximidad del sexto domingo de Pascua, la Iglesia Católica celebra la Pascua del Enfermo, fiesta que cierra el ciclo comenzado el día 11 de Febrero, festividad de Nuestra Señora de Lourdes y Jornada Mundial del Enfermo instituída por San Juan Pablo II el día 13 de Mayo de 1.992.

El lema de este año aprobado por la Conferencia Episcopal Española para las dos fechas es “Gratis habéis recibido, dad gratis” y siguiendo esta directriz, la Pastoral de la Salud, en la que están integradas las Hospitalidades de Nuestra Señora de Lourdes de las Diócesis Españolas, también la ha celebrado en nuestra Diócesis.

Coincidiendo con la celebración del Año Jubilar Mariano, agentes de la Pastoral de la Salud, miembros de la Hospitalidad de Vitoria y de las Hospitalidades hermanas de las Diócesis de Valladolid, Bilbao, Santander y Calahorra y La calzada-Logroño junto con enfermos que peregrinan a Lourdes nos reunimos primeramente en el vitoriano parque de la Florida para una vez formada la procesión junto al kiosko, comenzarla hasta la Catedral de María Inmaculada, Madre de la Iglesia (Catedral Nueva).

La imagen de la Virgen de Lourdes, precedida por los estandartes de las Hospitalidades asistentes y seguida por sacerdotes y presidentes, comenzó su andadura seguida primeramente por los enfermos en sillas de ruedas y después por los que por sus medios podían andar y el resto de peregrinos, todos acompañados por hospitalarios, llegó a la Puerta Santa. Una vez traspasada, comenzó la Eucaristía. Una Eucarístía presidida por el Vicario General de la Diócesis, Don Carlos García Llata y concelebrada por el sacerdote Delegado de la Pastoral de la Salud, Don Juan Carlos Aguillo, el anterior Consiliario Don Serafín del Campo, el actual Don Juan Manuel Ochoa de Aspuru, el de Bilbao, Don Aitor Uribelarrea y Don Prudencio Cabrero, sacerdote diocesano de Santander y los sacerdotes de la propia Catedral con su párroco, Don Unai Ibáñez a la cabeza que magistralmente dirigió los cantos.

Intensa y muy emotiva celebración vivida por parte de todos, calando profundamente la homilía pronunciada por Don Carlos García Llata.

Tras el rezo de la oración jubilar y la consabida fotografía de familia, más de trescientas personas partimos hacia el Santuario de Santa María de Estíbaliz, Patrona de nuestra Diócesis donde, en su Centro de Acogida, participamos en una amigable comida a la que siguió una animada sobremesa amenizada con música muy bien acogida y que desbordó la alegría de los asistentes.

Don Juan Carlos Elizalde, Obispo de la Diócesis se encontraba de Visita Pastoral en la Llanada Alavesa, por lo que no pudo asistir a la misa pero tuvo la deferencia de ir a Estíbaliz a saludar a todos los asistentes. Gesto muy agradecido por todos. La jornada terminó visitando a la Patrona en su Santuario donde tras una pequeña oración dirigida por el Padre Agustín, benedictino que atiende el santuario y la bendición, todos realizamos un besamanos a la Virgen de Estíbaliz.

Hemos vivido una jornada intensa, con momentos llenos de emoción, con miradas húmedas por las lágrimas que asomaban a los ojos, de sonrisas sinceras y llenas de amor. La persona enferma es un verdadero tesoro para todos y como tal hemos de cuidarle, de mimarle. Los que estamos cerca de ellos sabemos todo lo que nos aportan. Todos terminamos el día cansados pero muy, muy felices, estrechando lazos de unión.

Que Santa María de Lourdes, patrona de los enfermos vele por todos nosotros y agrande nuestro corazón para que seamos capaces de ver a Dios a través de ellos, que todos los agentes de la Pastoral de la Salud, al igual que los hospitalarios, seamos las manos que acerquen al hermano sufriente al Señor, que pongamos sonrisas en sus ojos y en sus labios, que les demos el cariño y compañía que necesitan. Que Ella nos ayude a todo ello.

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