Evangelio del día: «¿A quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna». Jn6,60-69

El mundo no necesita más comida. Necesita más gente comprometida

La Campaña de Manos Unidas para este año, bajo el lema El mundo no necesita más comida. Necesita más gente comprometida, se centra en el derecho a la Alimentación, incorpora aspectos centrales del problema del hambre y busca promover un compromiso con un modelo global de producción y consumo sostenibles:

  • compromiso con una concepción de los alimentos como comida para las personas y no como negocio
  • compromiso con la agricultura sostenible
  • compromiso con el aprovechamiento integral de la producción evitando la pérdida y el desperdicio de alimentos.

Por esto último y para resaltar su relación con todo lo demás, se incluye de manera muy visual y expresiva en todos los materiales de nuestra campaña las siguientes cifras: 1/3 de nuestros alimentos acaba en la basura. Mientras, 800 millones de personas siguen pasando hambre en el mundo.

El Derecho a la Alimentación está recogido en el artículo 25 la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 y en el artículo 11.2 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de 1966, y aún así, es sistemáticamente vulnerado.

Manos Unidas Campaña 17

Puedes encontrar más información en el sitio de Manos Unidas.

Tres compromisos marcan nuestro actuar este año

Compromiso con una cosecha de alimentos para el consumo humano, no para la especulación y abierta al comercio justo:

  • Con la denuncia de la especulación con el precio de los alimentos que considera que no es comida para los seres humanos sino un producto más para ganar dinero dentro del mercado financiero e impide el acceso a alimentos a millones de personas en el mundo.
  • Con la sensibilización y capacitación sobre productos sustitutivos para aumentar y diversificar la producción local de alimentos de manera que se sortee la posible especulación. Además, tratando de lograr que las poblaciones produzcan alimentos como hortalizas, raíces y tubérculos para garantizar su consumo.
  • Con la creación de reservas alimentarias y la gestión de excedentes a nivel local como herramientas eficaces contra la especulación, de manera que las poblaciones campesinas gestionen sus propias reservas alimentarias. Esta propuesta incluye el objetivo de facilitar el acceso a los alimentos susceptibles de ser almacenados, como es el caso de los cereales.

Compromiso con una cosecha respetuosa con el medio ambiente y que garantice el consumo local:

  • Con la denuncia de las causas estructurales de la producción agrícola insostenible y con la sensibilización sobre nuestro alto nivel de consumo, que implica el aumento de la agroindustria y sus consecuencias medioambientales.
  • Con la sensibilización a las poblaciones locales sobre un derecho a la alimentación ejercido desde el compromiso por una producción sostenible. Se las anima a participar en los Planes Locales de Desarrollo Agrícola abordando temas como la propiedad de las tierras, la gestión comunitaria, la organización de cultivos para el consumo local, la planificación y el control de los aprovechamientos forestales y la gestión comunitaria del agua.
  • Con la capacitación sobre técnicas de mejora de la productividad agrícola compatible con la sostenibilidad medioambiental: semillas tradicionales, fertilidad de los suelos, uso racional de fertilizantes naturales como el compostaje y con otros muchos procesos agrícolas que, además, ayuden a conservar la biodiversidad.
  • Con la conservación de las cosechas. Las pérdidas pueden llegar al 50% del producto por una maduración inadecuada, unos deficientes medios de conservación y un almacenamiento o procesamiento con excesiva exposición a la intemperie, podredumbres o daños físicos.

Compromiso con el aprovechamiento riguroso de los alimentos, evitando la Pérdida y el Desperdicio Alimentario (PDA):

  • Con la mejora de prácticas agrícolas y veterinarias de cosecha y buenas prácticas de higiene en la transformación, almacenamiento, etiquetado y envasado.
  • Con la sensibilización a los consumidores, ofreciéndoles modos de reducir sus desperdicios.
  • Trabajando, a nivel estructural, con las administraciones y las empresas: mejorando cadenas de conservación, transformación, transporte y almacenamiento, mediante la capacitación de productores y actores de la cadena y con condiciones de sostenibilidad en toda la cadena productiva.
  • Trabajando a nivel sistémico con gobiernos, administraciones locales, sector privado y el resto de la sociedad civil para denunciar la PDA y sus consecuencias éticas, económicas y medioambientales. Y, también, educando en valores que promuevan el consumo responsable y unos modos de vida y hábitos de compra más solidarios y sostenibles.
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