01 Mar Nuevo estilo de vida
Es importante incorporar una vieja enseñanza, presente en diversas tradiciones religiosas, y también en la Biblia. Se trata de la convicción de que «menos es más». La constante acumulación de posibilidades para consumir distrae el corazón e impide valorar cada cosa y cada momento.
Laudato si’, 222
La experiencia espiritual de la humanidad posee recursos enormemente valiosos que otros actores no son capaces de proponer o desarrollar. Se trata de las prácticas ascéticas que articulan la acción y la reflexión histórica de las grandes tradiciones religiosas y filosóficas; prácticas –como el ayuno, la abstinencia, la peregrinación o la limosna– orientadas a purificar la relación con Dios y con el prójimo, y en las que la austeridad, el desprendimiento y la simplicidad de vida son signos de una vida espiritual integrada. Estas prácticas tradicionales adquieren gran relevancia a la luz de un planeta sobreexplotado, con recursos finitos y una creciente desigualdad socioeconómica.
En la lucha contra el consumismo compulsivo, el “descarte” y la cultura del “usar y tirar” –uno de los principales motores de degradación medioambiental en las sociedades industrializadas–, las tradiciones religiosas pueden y deben realizar una de sus contribuciones más valiosas llamando a la sobriedad y a la autocontención, dado que esta es una cuestión que la comunidad científica, el mundo empresarial o la clase política difícilmente plantean.