Ha finalizado el plazo de recogida de aportaciones. Consulta el resumen de lo recogido.

Aproximándonos al Plan Pastoral: reto y apuesta

Pastoral Planari hurbilketa: erronka eta apustua

Puedes descargar el documento.

Reflexión: Plan para dinamizar la pastoral

Hausnarketa: pastorala dinamizatzeko plana

A lo largo de nuestra trayectoria pastoral, en nuestros compromisos y colaboraciones con las parroquias, grupos y tareas, hemos escuchado, hablado y participado en algún Plan de Evangelización. Hemos oído de otras diócesis que lo han realizado. Hemos participado de conversaciones elogiosas así como de comentarios críticos con los mismos.

Al partir de esta primera constatación, reconocemos un estado de ánimo y una pregunta: ¿es necesario un Plan Diocesano de Evangelización? El reto está aquí. La apuesta es reconocer que nos puede ser de mucha ayuda en la tarea evangelizadora…, si lo hacemos bien.

Un Plan Diocesano de Evangelización es una propuesta que añade o complementa al trabajo cotidiano. No consiste, o no debe consistir, en sustituir lo que ya estamos haciendo. Es, o debe ser, un complemento a lo que realizamos. Le da a nuestras tareas y servicios, a nuestras reflexiones y acciones un sello de identidad diocesana, de comunión y un tono de eclesialidad. También es un sueño, un deseo que nos encamina a metas concretas.

Partimos de lo que ya hacemos, y a éste lo que ya hacemos le añadimos elementos con sentido de Iglesia diocesana. Lo que hacemos necesita seguirse haciendo y, en la medida de lo posible, mejorarlo. Aquí puede tener sentido que en nuestra Diócesis diseñemos un Plan de Evangelización y participemos en él.

Con esta clave, el Plan nos debe ayudar en nuestras dinámicas, en el recorrido que estamos realizando. A la vez que nos invita a desarrollar dinámicas diocesanas, y de Iglesia universal, y, ¡cómo no!, a desarrollar nuestros proyectos pastorales (proyecto personal, comunitario, parroquial).

Dando un paso más, si con los párrafos anteriores hemos querido describir el espíritu, el sentido de un Plan Diocesano de Evangelización, el paso siguiente es la descripción de sus contenidos (en este momento no estamos pensando en los temas a trabajar, sino los acentos que debemos poner ante un Plan de Evangelización).

El Plan debe estar dirigido a Acciones (particulares, comunitarias, diocesanas). El diseño del mismo nos animará a realizar acciones individuales y comunitarias, unas visibles, otras mirando a nuestro interior.

No se trata tanto de hacer por hacer (cuanto más mejor), sino de darle un sentido determinado a la acción. Es un error proponer un Plan de Evangelización sin dar sentido a las acciones, o sin basarlo en el análisis de la realidad, o sin criterios de valoración. Hacer por hacer no tiene sentido. El Plan puede ayudarnos a dar sentido al hacer.

Las acciones tienen sus ámbitos de realización que hay que cuidar y desarrollar. Estos son sucesivos y complementarios unos con otros. Veamos:

  • El primer ámbito, desde donde iniciamos todas nuestras acciones, es el más próximo a cada uno de nosotros con acciones individuales, grupales, parroquiales, de la Unidad Pastoral. Son las acciones del ámbito más cercano y familiar a nuestra tarea cotidiana.
  • El segundo ámbito lo podemos describir como la acción con el vecino. Son acciones que muchas veces las denominamos como arciprestales, de nuestra zona… Comprobamos así que los más próximos también han introducido ese sello de identidad diocesana a sus acciones. E incluso el Plan nos puede sugerir hacer algo con ellos, convencidos que ese algo (retiro, actividad, compromiso, celebración…) nos enriquece a todos, nos anima… aprendemos juntos.
  • El tercer ámbito corresponde a lo diocesano. Tenemos un ámbito eclesial, más allá de lo próximo y del vínculo con lo vecinal: la Diócesis. Es cierto que toda dinámica pastoral se configura en la Diócesis, como base de todo lo que hagamos. Además desarrollar una o varias actividades con el conjunto de la Diócesis nos enriquece. Cada uno provenimos de realidades distintas (rural / urbano; joven / adulto; consagrada / laica;… y un largo etc.), pero celebramos, actuamos, aprendemos juntos, en un acto, en una actividad común.

Todos estos ámbitos se reflejarán en un futuro Plan Diocesano de Evangelización, posiblemente entremezclados. Todos estos ámbitos nos invitan a tener una perspectiva universal, con otras Diócesis, con otros cristianos, con la Iglesia Universal… Compartimos con todos el mandato del Señor: anunciar el Evangelio.

El Plan Diocesano de Evangelización se desarrolla en diversos ámbitos, como hemos descrito, y no sustituye lo que estamos haciendo, ni al carácter o peculiaridad de lo que realizamos. Tiene como objeto el que todos los miembros de nuestra Diócesis participemos en iniciativas que nos unan.

Y aquí abrimos otro punto para la reflexión: la participación en el Plan Diocesano de Evangelización. Por un lado, las Acciones, a las que antes hemos hecho referencia, deben estar diseñadas para facilitar la espontaneidad, donde cada uno podamos añadir nuestra impronta (juvenil, familiar, oracional, compromiso social…). Son Acciones que se proponen, que posibilitan nuevas iniciativas…

Por otro, sabemos que participar en un Plan nos ayuda a tener un método de trabajo, unos objetivos, un horizonte a donde llegar. Nos da sentido comunitario. Un Plan Diocesano de Evangelización puede ayudar a diseñar nuestros otros planes y proyectos parroquiales, arciprestales, comarcales… Un Plan Diocesano de Evangelización es una herramienta que nos ayuda a ser más eficaces en la tarea evangelizadora, siempre abiertos a lo no planificable, como es la acción del Espíritu.

Un Plan necesita de un diseño en su planificación. Lo describiremos en el próximo escrito.

Y tú…, ¿qué piensas?

Equipo de Vicaría
Vitoria-Gasteiz, marzo 2017