Evangelio del día: «Pasión de nuestro Señor Jesucristo según San Juan 18,1-19,42». Jn18,1-19,42

Podemos ser Iglesia desde nuestras palabras, gestos y hechos

Me presento: Me llamo Mari Jose Rodríguez y soy la nueva delegada del Servicio Diocesano del Laicado, tarea esta que empiezo con ilusión, pero también siendo consciente de la responsabilidad que entraña, puesto que hay ya mucho trabajo realizado en estos años anteriores, gracias al estupendo equipo y a la anterior delegada, Pilar. ¡Muchas gracias sobre todo a ti por estos 6 años que has dedicado y porque sigues participando en el equipo!

Este curso no solo me estreno yo, sino que la diócesis también tiene algo nuevo, y muy esperado. Un nuevo Plan Diocesano de Evangelización con el lema "Salimos al encuentro/ Bidera Goaz". Seguro que ya habéis oído hablar de él. Este es el resultado del trabajo que en la diócesis se hizo el curso anterior, recogiendo sentires y opiniones, para dar luego forma a lo que se entendieron eran las prioridades. Es por tanto algo nuestro, de todas y todos. Un instrumento que espera ser de utilidad para ese gran objetivo que es la Evangelización.

Se ha elegido que este primer curso se potencie la 4ª línea de dicho Plan que lleva por título "Servir: confesión de fe y compromiso social como Iglesia samaritana". Y podemos pensar ¿en qué nos atañe esto como laicas y laicos? Pues en mucho. ¡Vaya que sí! Las pistas nos la pueden ir dando las líneas de acción sugeridas en el mismo plan:

  • alentar y apoyar el compromiso transformador de cada creyente en la sociedad,
  • el cuidado de la "casa común",
  • impulsar un modo de vida más evangélico,
  • denunciar las injusticias y desigualdades en la sociedad y en la Iglesia...

¿no es todo esto música para nuestros oídos? ¿no es lo que ya estamos haciendo y nos gustaría, si cabe, hacer mejor?

Si queremos ser Iglesia que acierte a llevar la buena noticia de Dios madre-padre que nos regala su amor, más esperanzada, esperanzadora, encarnada... entonces los laicos y laicas podemos y debemos contribuir a ello:

  • Con nuestras palabras, gestos y hechos, pues esto es lo que los demás van a ver: nuestros vecinos, las compañeras y compañeros del cole o del instituto, la gente del trabajo, la familia...;
  • Haciendo piña con toda esa gente lúcida, cristiana o no, que lucha por la justicia, la equidad, la paz, que camina con los humildes.
  • Empapándonos sin prejuicios de la cultura y la ciencia, ya que si no conocemos ¿cómo podríamos contribuir a la crítica constructiva, ser agentes válidos en el diálogo social, disfrutar lo bueno que alienta el espíritu humano y no convertirnos en un impedimento sin sentido?

Y todo ello enraizando nuestra vida en el Espíritu. Con la ayuda de la comunidad, del grupo de vida, de los sacerdotes,... con quienes vamos compartiendo oración y formación, fe y vida.

Sé que no os estoy descubriendo nada nuevo. A veces conviene simplemente recordar lo que ya sabemos, para hacernos conscientes de lo que ya somos y hacemos, y tomar con ello aliento, sonreír y seguir dando pasos para alcanzar aquello que aún nos falta, que aún no hacemos y para salir al encuentro.

Desde el equipo del laicado esperamos acertar en la manera de ayudaros a concretar todo ello. Como comentaba al principio, ya hay muchas cosas que el Servicio del Laicado viene ofreciendo: formaciones, encuentros de actualidad,... y que seguimos ofreciendo este curso. Próximamente podréis consultar toda la información en: https://laicado.diocesisvitoria.org. Pero nos parece que también es un buen momento para que nos lleguen más propuestas, que actualicemos nuestro conocimiento de las necesidades del laicado de nuestra diócesis… Es por ello, que como primer medio volvemos a convocar el Foro del Laicado. Será el viernes 9 de noviembre y están invitados dos miembros de cada Asociación o Movimiento laical, dos laicos de los consejos pastorales de Parroquias o Unidades pastorales; y por supuesto, los representantes del laicado en el Consejo Pastoral Diocesano.

Como veis, nuevos comienzos para continuar mejorando.

Un afectuoso abrazo,

Mª José Rodriguez
Delegada del Servicio Diocesano del Laicado

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