¡Qué bien se está aquí!
- Un laico/a como tú
En la transfiguración, Jesús quiere fortalecer a sus discípulos para las difíciles experiencias que han de vivir acompañándole a Jerusalén. Ellos, en lo alto del monte, disfrutan de la experiencia y sienten la tentación de permanecer allí. Pero Jesús ha de bajar del monte con ellos para proseguir su misión.
También los discípulos de hoy necesitamos espacios motivadores para avivar la propia fe en Jesús resucitado y renovar la vida cotidiana con criterios evangélicos. Pero no podemos confundir la vida espiritual con esos momentos religiosos que aunque nos brindan cierto alivio no alimentan el encuentro con los demás, el compromiso en el mundo, la pasión evangelizadora.
El Papa Francisco dice:
"A veces sentimos la tentación de ser cristianos manteniendo una prudente distancia… Pero Jesús espera que renunciemos a buscar esos cobertizos personales o comunitarios que nos permiten mantenernos a distancia del nudo de la tormenta humana, para que aceptemos de verdad entrar en contacto con la existencia concreta de los otros…" (EG 270).
¡Qué bien se está aquí! (Mc 9, 1-9).
Información
Material correspondiente al 25 de febrero de 2018, Domingo II Cuaresma.