Evangelio del día: «Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida». Jn6,52-59

Repensemos un trabajo decente que construya humanidad

Con motivo del 1 de Mayo, HOAC y JOC, movimientos de Acción Católica especializada en el mundo obrero y del trabajo han elaborado el manifiesto titulado Repensemos un trabajo decente que construya humanidad.

1 mayoHoy os invitamos a celebrar este 1º de mayo, participando en los actos que se convoquen para denunciar esta forma de entender el trabajo, y defendiendo que éste sea un bien de la persona y de la sociedad al servicio de la vida.

El trabajo ha pasado de ser un bien para la vida a ser un instrumento para la producción, con mayor crudeza en estos últimos años. El trabajo se ha degradado de tal manera que es difícil reconocerlo. Muchos trabajadores y trabajadoras están sufriendo una gran precariedad. Muchos de ellos no pueden optar al tipo de trabajo para el que se han formado ni participar en la decisión de sus condiciones laborales, el horario, el sueldo, la duración del contrato, el tipo de jornada, etc. Esta precarización del trabajo que estamos padeciendo supone también la degradación de la empresa y de la economía, por lo que estamos llamados a repensar el sentido y la función que realmente deben tener para que sirvan al bien común.

Ante la situación de insolidaridad estructural que se vive en todo el mundo respecto a los trabajadores y trabajadoras, y más si cabe respecto a jóvenes que quieren y no pueden trabajar, la persona debe ser y estar en el centro de la actividad económica, de la política, de las relaciones laborales, del trabajo.

Ante esto, nos sentimos llamados/as, e invitamos a toda la sociedad a:

  • Romper la actual lógica de pensar y organizar el trabajo, poniendo en el centro a la persona y no la economía y los intereses de unos pocos.
  • Plantear el sentido y el valor del trabajo más allá del empleo: distribuir de manera justa y digna el empleo y reconocer socialmente todos los trabajos de cuidados necesarios para la vida humana.
  • Establecer unos ingresos mínimos suficientes para cubrir las necesidades básicas de todas las personas y familias por el hecho de serlo.
  • Articular de forma humanizadora el trabajo y el descanso.
  • Luchar por condiciones dignas de empleo: sin la lucha por la afirmación de los derechos de las personas en el empleo no es posible humanizar el trabajo.
  • Denunciar que actualmente el capital no tiene fronteras (especialmente con el TTIP), mientras que las personas sí las tenemos, lo cual crea una mayor injusticia social.
  • Repensar el modelo económico y productivo, para que sea respetuoso con la vida y que permita la de generaciones futuras.

Como creyentes en Jesús de Nazaret, quienes integramos la JOC y la HOAC  animamos a todas las personas a denunciar las situaciones injustas que se padecen en el mundo obrero y del trabajo, y a promover el derecho a tener un trabajo decente que no niegue la dignidad de los trabajadores y trabajadoras, ya que el trabajo es para la vida.

Puedes leer completo el manifiesto.

 

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