Evangelio del día: «No fue Moisés, sino que es mi Padre el que da el verdadero pan del cielo». Jn6,30-35

Sacerdotes alaveses ex-misioneros en Ecuador se hacen presentes en las zonas más afectadas por el terremoto

DSC_0030Uno recién llegado y el otro a punto de marchar a esas tierras ecuatorianas que tanto les han dado y que tantas lágrimas les han hecho derramar en las últimas semanas, tras el temblor del pasado mes de mayo. Juan Ramón Etxeberria (JuanRa) tocado por lo vivido, pero muy sereno. Y Juan Carlos Pinedo, con la ilusión de partir, a pesar de todo. Los reunimos en los pocos días en que coincidieron en Vitoria. Ambos insisten en lo necesario que es seguir apoyando coordinadamente la reconstrucción de Ecuador. Un proceso que será largo y complicado, dada la destrucción material causada por el seísmo y los ánimos de las comunidades - de natural emprendedoras -pero abatidas y amedrentadas por las réplicas.

¿En qué zonas has estado JuanRa?

He estado pocos días, pero muy intensos y profundos. Unos días en Manabí, en la zona del terremoto donde viví y trabajé muchos años. Y también unos días en la zona de Los Ríos, donde se está grabando el documental de Misiones Diocesanas, un trabajo muy distinto, pero que lleva lo mismo, en definitiva.

¿Cómo está allí la situación?

Aunque lo explique no lo entenderías. No hay palabras. Todo destruido. En Pedernales, en el epicentro del terremoto donde yo viví más años. También en Jama, en Bahía de Caráquez, en San Isidro… el 80% de Bahía, destruido. Las casas destruidas, aún quitando los escombros. La gente viviendo en albergues. Muchos de Pedernales se han ido a otras partes del país, a otros albergues… pero los temblores siguen y … aunque la gente es muy positiva, cuando está intentando levantarse, viene otro temblor de 6.8 y… se echan a temblar y están aterrorizados. Hay una situación de angustia terrible a nivel general. Yo creo que pasará, pero es terrible.

¿Cómo se encuentran a nivel humano?

Nosotros siempre hemos creído que es una gente muy positiva. Y en 60 años trabajando con ellos se han sembrado unos valores profundos de solidaridad y esos son los que están ahora en el fondo de la gente, yo se que se van a levantar, porque ya están haciendo planes de reconstrucción, ha funcionado muchísimo la solidaridad… hay gente que está con su casa en el suelo y están pensando y preocupándose de la gente más necesitada. También creo que las instituciones, tanto la Iglesia, como el Gobierno, como otras tanto privadas como públicas, están mostrando mucho interés y están creando las bases para construir un futuro. Están inspeccionando las casas, estableciendo normas de construcción antisísmicas… es un momento delicado y duro pero que va a hacer un futuro mejor.

Hemos leído, dentro de todas las informaciones que van llegando, que se ha generado una gran oleada de solidaridad interna en Ecuador.

Es difícil explicarlo. No hay institución, privada o pública - y son miles y miles, desde las pequeñas tiendas o empresas hasta las grandes compañías o ministerios del gobierno- que no haya hecho campañas de solidaridad, o recogida de dinero o alimentos, y que no haya ido a las zonas afectadas, expresamente, a compartirlo y repartirlo. Ha habido comentarios sobre cierta descoordinación, pero yo diría que no. Se ha repartido y funcionado, no he oído queja de nadie. A pesar de las limitaciones normales, estoy seguro de que aquí se hubiese hecho peor.

Juan Carlos, enseguida vas a ser tú también testigo de todo esto

Marcho primero a la zona donde ha estado JuanRa, de allí nos llaman para que llevemos el ánimo y la cercanía. Valoran mucho que quienes estuvimos allí nos acerquemos. Y esos valores como la cercanía no los debemos perder.

Vas personalmente tú a llevar tu apoyo pero también como transmisor de la solidaridad que se ha generado en nuestras diócesis

Hemos tenido varias reuniones. Cáritas, Misiones y las Diócesis han manifestado su deseo de apoyar. Se enviaron 100.000 euros de emergencia. Ahora hemos de concretar, en este periodo de reconstrucción, que es más largo y complicado y exige otras cantidades, qué proyectos se piden y se pueden apoyar. Escucharemos y veremos en qué podemos apoyar. Necesitamos también que en Ecuador las instituciones garanticen que se van a llevar bien a cabo. A veces hay macro-proyectos de reconstrucción, más lejos de nuestras posibilidades. Pero proyectos más pequeños, no tan macro, están más al alcance de nuestras comunidades, arciprestazgos. Nosotros llevamos ese mensaje de cercanía, que estamos con ellos y no les olvidamos y que hemos vivido todo esto, con intensidad, pena y lágrimas. Que queremos seguir apoyando y hay que ver la forma mejor de hacerlo. Por eso pensamos que es importante que la respuesta como diócesis sea coordinada y busquemos allí los caminos para seguir adelante conjuntamente.

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