El Consejo Pastoral aprueba el Plan Diocesano de Evangelización
El Plan Diocesano de Evangelización fue aprobado por el Consejo Pastoral Diocesano el pasado 26 de mayo en la última sesión del curso, que se cerró con el aplauso unánime de los asistentes. El texto definitivo será presentado al Obispo para que le dé su aprobación y posteriormente será presentado a la Diócesis al comienzo del próximo curso, en los meses de septiembre y octubre.
El Plan será un texto de referencia en el caminar de la Diócesis de los próximos cuatro años, pero el proceso vivido en su elaboración forma también parte del propio Plan: el Plan se inició desde el momento en que la Diócesis se puso a la escucha de la Palabra de Dios, de las voces de los creyentes, y de la sociedad en la que estamos inmersos. La evangelización supone una actitud de discernimiento y ésta ha de ser constante para que la Iglesia garantice su identidad y misión, recibidas de su fundador, Jesucristo.
La Iglesia Diocesana, desde la humildad, pretende ser servidora de nuestra sociedad, en diálogo con ella, con otras culturas y religiones, contribuyendo también a la reconciliación y a la paz. Esta actitud está recogida en el título del Plan: “Salimos al encuentro – Bidera goaz”. A la Iglesia le preocupa la construcción del Reino de Dios y, por esto mismo, todos los anhelos, las angustias, los gozos y esperanzas de la sociedad han de ser suyos. Nuestra Iglesia Diocesana tiene que trabajar, por tanto, en red, colaborando con otras personas, instituciones, asociaciones, movimientos… involucrados en la transformación de nuestra sociedad, aportando lo más propio de ella, a Jesucristo, que personifica visiblemente la llegada del Reino de Dios. Y, siguiendo a su fundador y maestro, ha de poner a los pobres en el centro de su preocupación evangelizadora.
En el comienzo del curso 2017 – 2018, recién constituido, el Consejo Pastoral recibió la encomienda principal de la elaboración de un nuevo Plan de Evangelización para nuestra Diócesis (el último, “Renovar evangélicamente nuestras comunidades”, estuvo en vigor entre los años 2009 y 2014). Durante el primer trimestre de curso se realizó una amplia consulta a toda la Diócesis sobre lo que se debería incluir en el nuevo Plan. Fueron más de cuarenta las aportaciones recibidas, provenientes de distintos grupos o colectivos. Estas aportaciones sirvieron para la elaboración del primer borrador, sobre el que se recibieron nuevas aportaciones en el primer trimestre del 2018. El 14 de abril se presentó el segundo borrador, sobre el que también se realizaron nuevas aportaciones, pero que, en líneas generales, contó con el consenso de todos los miembros del Consejo y apuntaba a convertirse en el borrador del texto definitivo, que finalmente fue aprobado el 26 de mayo, con el aplauso unánime de los asistentes.
Así pues, si bien el texto ha sido el fruto de las aportaciones de toda la comunidad diocesana, en las etapas finales el protagonismo ha recaído en el CPD —mayoritariamente compuesto por laicos y laicas—, y en su Comisión Permanente —responsable de considerar y evaluar las aportaciones recibidas y de la elaboración de los textos presentados como segundo y tercer borrador—.
El Plan está articulado siguiendo las dimensiones clásicas de la Evangelización que son transversales: La Iglesia diocesana creadora de comunidad, la Transmisión del mensaje de Jesús, Vivir y celebrar la fe, y Servir: confesión de fe y compromiso social como Iglesia samaritana. Ninguna puede ser relegada, no puede haber un servicio evangélico a los pobres sin construir la comunión eclesial, sin perder la perspectiva global del anuncio del Evangelio, sin celebrar la fe y sin espíritu de oración.
Durante el proceso de elaboración del PDE:
- El Consejo Pastoral Diocesano ha vivido y fomentado en la Diócesis una actitud sinodal, es decir, de encuentro de los que somos diferentes para discernir juntos la voluntad de Dios en este momento, lo que nos ha enriquecido personal y comunitariamente.
- La Diócesis ha ganado en comunión eclesial en los niveles en los que se ha trabajado el PDE.
- El Consejo ha pasado de la dispersión a la comunión; de cierto pesimismo y negatividad inicial o de una curiosidad de meros “espectadores” o del aislamiento de grupos con sensibilidades diversas a un mejor conocimiento mutuo, a una percepción de un espíritu de cambio, a una valoración del encuentro y del consenso.
- Los miembros de Consejo han experimentado la satisfacción de sentirse escuchados y tomados en consideración.
- En pequeña escala se ha vivido un nuevo Pentecostés, por el que el Espíritu une en comunión a los distintos carismas y sensibilidades de la Diócesis.
La riqueza de este Plan está en su propio origen: el haberlo elaborado entre todos y por el hecho de ser conscientes de sus limitaciones. Ciertamente se ha cubierto una etapa, pero el PDE sigue elaborándose, puesto que se trata de un cuaderno de trabajo que nos va a acompañar durante los próximos cuatro años. Guiará a la Iglesia Diocesana en su discernimiento continuo. Ayudará a descubrir logros, carencias, a analizar la realidad desde la escucha de la Palabra. Y asimismo servirá para prepararnos para la elaboración del siguiente Plan. Este proceso de conversión continua hará más creíble a la Iglesia por parte de nuestra sociedad.