Evangelio del día: «Sal por los caminos y trae a cuantos encuentres». Lc14,15-24

Testimonio desde la "Caravana a Melilla"

La "Caravana a Melilla", integrada por plataformas de apoyo a personas refugiadas y migrantes, inició la semana pasada un largo viaje atravesando la Península y realizando diferentes actos de protesta . Con estas acciones quieren denunciar que el cierre de fronteras europeas "está abriendo vías de migración cada vez más peligrosas que están provocando un genocidio" ante el que no se puede permanecer indiferentes y exigir "vías legales y seguras para las personas en tránsito".

Pilar Chasco, , delegada del Servicio Diocesano del Laicado y Amelia, laica de la Unidad Pastoral Santa María de Olárizu, forman pare de esta caravana y desde allí comparten la experiencia que están viviendo estos días:

"Estamos en Melilla. Hemos venido con la caravana "Ongi etorri errefuxiatuak". El tema de las personas migrantes y refugiadas es vergonzoso y ha estado presente todo el año en nuestro compromiso.

Al ver la oportunidad de participar directamente en la caravana, ponerle cara y ver en primera persona la realidad de fronteras, CIES (Centros de Internamiento de Extranjeros), CETIS (Centro de estancia temporal de inmigrantes,....no lo dudamos. Está siendo muy intenso y muy interesante. Mucha gente interesante, conocimiento de la realidad con agentes de aquí, con los propios chavales, menores,.....

En Tarifa, en la concentración ante el CIE, llegaron un par de furgones con chavales que habían llegado en patera y que eran internados en ese momento. De forma espontánea comenzamos un acto de apoyo y crítica a la vez. Fue muy impresionante. En esos momentos te sienten muy unido al que grita contigo fuera y al que está dentro. La gente experta de aquí que trabaja en estas cosas, nos explican el sinsentido de estos centros. Son centros de retención.

Ayer tuvimos la oportunidad de hablar con menores que viven en el puerto. Pudimos comprobar el desamparo y la soledad absoluta en la que viven. Es terrible escucharles Podríamos contar muchas anécdotas. Lo haremos a la vuelta.

Aún sabiendo que hay mucho trabajo por hacer y sin perder la esperanza, creemos que como iglesia tendríamos que ser los primeros en denunciar y exigir al gobierno soluciones inmediatas ante tanta barbarie. Estamos rodeadas de personas no creyentes pero luchadoras y convencidas de que esto no se puede tolerar. Para nosotras son un ejemplo.

No podemos vivir tranquilas mientras sigan estás y otras realidades. El trabajo está en el entorno de cada una, en la política, en los gobiernos, sindicatos,......Es urgente cambiar leyes y que sean más humanas . Tenemos claro que Jesús estaría denunciando y llamando a los culpables por su nombre. Ojalá como iglesia seamos esa voz, y pongamos todos nuestros bienes al servicio de la acogida y la vida de los más necesitados".

 

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