GRACIAS porque nos necesitas

Este año, la acción de gracias de la Eucaristía del ‘Berakah Eguna’ se la hemos pedido a María Artamendi, compañera del servicio de Giltza-13 Casas y acompañante en el Hogar Belén. Reproducimos sus palabras que (estamos seguros) nos ayudan a dar gracias:

En Berakah, en el encuentro con los hermanos, vamos experimentando muchas cosas. Una de ellas es el agradecimiento.
Este momento nos ofrece la oportunidad de hacerlo de un modo especial, agradeciendo TODO lo vivido en este curso siendo parte de esta familia diversa
que es Berakah y que es la familia humana. Descubriendo a Jesús en cada rostro, atisbando el rostro de Dios que cada uno, cada una de nosotras, estamos llamadas a ser.
En general, a ninguno nos cuesta agradecer lo bueno, lo recibido, la vida que late en cada servicio, acción, relaciones y que tantas veces moviliza lo mejor de nosotros mismos. Se nos invita a ahondar un poco más, para reconocer a Dios mismo alegrándose con y por nosotros.
Más nos suele costar agradecer en las dificultades, los conflictos-que obviamente se dan-, la impotencia, el sabor a muerte de tantas situaciones que nos rebelan y amenazan nuestra esperanza. Y sin embargo, Dios está también, sobre todo, ahí, cómo no. La Vida, criatura de Dios, nos va adentrando en esa lógica de la debilidad, de lo pequeño, de los pobres, de los humildes, que es la lógica del reino, a la que tenemos que convertirnos cada día, porque no es la lógica del mundo.
Y así, vamos aprendiendo juntos, con Jesús, de Jesús, en el sufrimiento, en el dolor, en lo que parecen situaciones sin salida. Y cuando nos sabemos acompañados, el agradecimiento sabe a otra cosa. Es difícil de explicar, nos atraviesa, se nos da, nos ilumina, como un regalo increíble que nos ensancha el corazón y la mirada. El agradecimiento se hace Alabanza.
Y en un paso más, Jesús nos enseña a dar gracias al Padre, no por lo que nos da, sino por El mismo, por cómo hace las cosas. El domingo pasado en la Palabra nos enseñaba su propia acción de gracias:” gracias Padre porque has mostrado estas cosas a los pequeños. Sí, Padre, así te ha parecido bien”, asomándonos a la libertad de Dios, a su Santidad. Un Dios que tiene un plan salvador para toda la realidad, para todos los seres, y que increíblemente cuenta con nosotros para hacerlo realidad. Eso sí que es motivo para agradecer desde el asombro.
A continuación voy a leer una oración que nos abre al misterio de un Dios encarnado que cuenta con el ser humano y da gracias. Creo que se ajusta a lo que Berakah es y sueña ser. Se titula GRACIAS PORQUE NOS NECESITAS y dice así:

Gracias porque nos necesitas
En tu silencio acogedor
nos ofreces ser tu palabra
traducida en miles de lenguas,
adaptada a toda situación.
Quieres expresarte en nuestros labios,
en el susurro al enfermo terminal,
en el grito que sacude la injusticia,
en la sílaba que alfabetiza a un niño.
En tu respeto a nuestra historia,
nos ofreces ser tus manos
para producir el arroz,
lavar la ropa familiar,
salvar la vida con una cirugía,
llegar en la caricia de los dedos
que alivia la fiebre sobre la frente
o enciende el amor en la mejilla.
En tu aparente parálisis,
nos envías a recorrer caminos.
somos tus pies y te acercamos
a las vidas más marginadas,
pisadas suaves para no despertar
a los niños que duermen su inocencia,
pisadas fuertes para bajar a la mina
o llevar con prisa una carta perfumada.
Nos pides ser tus oídos,
para que tu escucha tenga rostro,
atención y sentimiento,
para que no se diluyan en el aire
las quejas contra tu ausencia,
las confesiones del pasado que remuerde,
la duda que paraliza la vida,
y el amor que comparte su alegría.
Gracias, Señor, porque nos necesitas.
¿Cómo anunciarías tu propuesta
sin alguien que te escuche en el silencio?
¿Cómo mirarías con ternura,
sin un corazón que sienta tu mirada?
¿Cómo combatirías la corrupción
sin un profeta que se arriesgue?
(Benjamín González Buelta, sj)

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