Agradecimiento por la peregrinación diocesana a Lourdes

El domingo 24 de septiembre regresaban a Vitoria-Gasteiz los cuatro autobuses y algunos coches particulares tras pasar cuatro intensos días en el Santuario de Nuestra Señora de Lourdes. En total, 226 personas –entre enfermos, hospitalarios y peregrinos– participaron en los actos organizados por la Hospitalidad de Vitoria, desde la mañana del jueves 21 hasta el mediodía del domingo 24.

Esta 36ª edición tuvo además un claro acento alavés. Como si de un peregrino más se tratase, el Obispo de Vitoria, D. Juan Carlos Elizalde, presidió todas las celebraciones diocesanas junto a las principales para los miles de peregrinos que inundaron este icónico Santuario francés. Le acompañaron en ello los cuatro sacerdotes diocesanos que participaban en esta expedición: Jesús Carlos Medina, Rubén Martínez, José Manuel Iparraguirre y Juan Manuel Ochoa de Aspuru, consiliario de la Hospitalidad de Lourdes de Vitoria y director de la Peregrinación Diocesana.

Lourdes mezcla todos los sentimientos y emociones posibles. En un ambiente de recogimiento, todas las personas que viajaban con la Diócesis de Vitoria pasaron por la Gruta de las Apariciones tocando la piedra y el agua que brota de sus entrañas, justo debajo de donde la misma Virgen María se apareció a Santa Bernardita hasta en 18 ocasiones. Tras esta primera gran cita en el corazón de este complejo religioso por el que pasan millones de personas cada año, llegó el viernes con la esperada procesión eucarística.

Debido a las inclemencias del tiempo, propia de esta época en este lugar junto a los Pirineos franceses, esta procesión y la posterior adoración a Jesús Eucaristía se celebró en la imponente Basílica subterránea de San Pío X. El Obispo de Vitoria, Mons. Juan Carlos Elizalde, presidió este encuentro junto a miles de peregrinos en un contexto de silencio y profunda veneración, mostrándose un verdadero momento de adoración y oración ante Jesús presente en la Sagrada Forma. El Obispo de Vitoria bendijo con la custodia a todos los fieles que llenaban el templo.

La misa diocesana se celebró en la capilla de San José. Allí, tras recordar a las personas que volvieron a la Casa del Padre ligadas todas ellas a la Hospitalidad, tres hospitalarios formalizaron su adhesión a esta asociación de fieles en torno a Santa María de Lourdes. Así, la presidenta, María Jesús Pinedo, impuso la condecoración a modo de compromiso a Yasel Fermín, Enrique Díaz y Gertrudis Sima.

Esta celebración tan emotiva sumo una última sorpresa. Desde la Hospitalidad quisieron rendir homenaje a dos de los sacerdotes que este año cumplen sus bodas de plata sacerdotales. Jesús Carlos Medina y Juan Manuel Ochoa de Aspuru recibían dos estolas con los colores blanco y celeste con la imagen de Nuestra Sra. de Lourdes como recuerdo y agradecimiento por su servicio y amistad.

El sábado a las 08:15h de la mañana llegaba uno de los momentos más esperados. Bajo la bendición de la lluvia, los más de 200 alaveses se citaban en la Gruta de las Apariciones para celebrar la Eucaristía. Ataviados con paraguas, chubasqueros y gorras, los asistentes disfrutaron de esta celebración presidida por el Obispo en este santo lugar, epicentro de la peregrinación. Esta misa estuvo además acompañada de varias voces y un órgano que pusieron música y cantos a la celebración. Paró de llover en el momento de la consagración, abriéndose los cielos y acompañando el sol y el buen tiempo el resto de días.

Por la tarde, tras la comida, tuvo lugar el tradicional gesto del agua que imita los mismos gestos que hizo Bernadette ante la Virgen María, algo que nos recuerda nuestro bautismo y a Jesús, agua viva en todo cristiano. Antes de la popular procesión de las velas, los peregrinos, enfermos y hospitalarios de Vitoria han disfrutado de unas horas de tiempo libre para visitar al precioso pueblo de Lourdes, incluida la casa de Santa Bernardita.

Al caer el sol, tras la cena en los distintos puntos de residencia de los viajeros, comenzó  la multitudinaria procesión de las velas y rezo del Santo Rosario por la avenida principal del Santuario de Lourdes, donde miles de peregrinos llegados de otros puntos de España, Polonia, Portugal, Italia, Holanda y Estados Unidos rezaron los misterios de este rezo mariano del sábado. Rodeando la glorieta de la Virgen Coronada y dando la vuelta por la Puerta de San Miguel, voluntarios alaveses portaron la imagen de Santa María de Lourdes durante la hora y media que duró este popular y precioso acto mientras los miles de asistentes levantaban las velas en cada Ave María.

El domingo comenzaba la jornada con un sol radiante mientras desde diferentes puntos de Lourdes llegaban riadas de gente para asistir a la multitudinaria misa internacional en la Basílica San Pío X. Más de 6.000 personas llegadas de diferentes países del mundo asistieron a esta celebración dominical presidida por el Obispo de Vitoria, Mons. Juan Carlos Elizalde, traducida a varios idiomas.

Finalizó esta eucaristía con un aplauso general de todos a todos, especialmente a los enfermos de los diferentes países que llenaron el templo. Momentos después de esta misa, el Obispo bendijo el cirio que fue depositado en la explanada de las ofrendas y despidió a todos los participantes hasta la siguiente edición que, si Dios quiere, será en septiembre de 2024.

Aquí, puedes leer la homilía de Mons. Juan Carlos Elizalde, pronunciada en la misa internacional.

Agradecimiento a todos los participantes –enfermos, hospitalarios y peregrinos–, a los sacerdotes y al Obispo y, especialmente, al equipo sanitario que no dejó de estar junto a los enfermos atendiéndoles siempre con una sonrisa así como a los hospitalarios y a las damas por su dedicación, acompañamiento permanente y aportación hacia los enfermos durante todos los días.

Lourdes, una experiencia que siempre llena, que siempre hace Iglesia y que guía a Jesús a través de María, aquí aparecida para todas las generaciones.

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