Evangelio comentado 13 mayo

Lee la Palabra de Dios y tómate un tiempo para meditarla. ¡Feliz lectura!

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Juan 15, 1-8
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento que no da fruto en mí lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto.
Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros.
Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden.
Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará.
Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos».

Comentario por Nieves Maya, laica

El Evangelio de San Juan fue el último escrito, casi al final del primer siglo. En él nos narra sus experiencias personales compartidas con Jesús y nos refleja un contenido vívido que nos invita a la confianza y al seguimiento de sus palabras de forma seria y profunda.

La enseñanza del texto que hoy nos ocupa se encuadra en una metáfora, una forma muy habitual de Jesús de trasladar su mensaje. En la de “la vid y los sarmientos” nos quiere trasmitir, entre otras, la idea de la necesidad de permanecer unidos entre nosotros y con Jesús para avanzar y lograr el bien común, la mejora de la humanidad.

Aplicar esta reflexión a nuestra vida tiene hoy más que nunca un significado especial: la unión, la solidaridad son las que van a conseguir que la situación provocada por esta crisis sanitaria, mejore y salgamos adelante.

A lo largo de la historia de la humanidad y de cada historia personal son muchas las situaciones que no entendemos y a las que nos gustaría encontrar una respuesta “razonada” y no lo conseguimos. En este pasaje evangélico podemos encontrar un sentido; en él se pone en valor “la poda”, algo negativo en principio, que tiene un “final feliz”: el sarmiento que se poda, da más y mejor fruto.

Si trasladamos este pasaje a nuestro hoy y ahora, nos podemos preguntar: ¿estoy viviendo esta crisis de forma solidaria? ¿Me preocupa el bien común? ¿Me ayuda mi Fe para encontrar sentido a esta situación? ¿Tengo confianza en Dios que está con nosotros y que nos ayuda a gestionar esta incertidumbre? ¿Voy a ser mejor persona cuando pase esta situación?

En este mes de mayo pedimos también a María que interceda por nosotros ante Dios Padre y que nos ayude a salir fortalecidos  de esta crisis.

Con la seguridad de que las palabras de Jesús se hacen realidad: “pedid lo que deseáis y se realizará”, vivimos el día de hoy.

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