Celebración de la festividad de la Virgen del Carmen

La Comunidad de los Carmelitas de Vitoria ha celebrado el 16 de julio la festividad de la Virgen del Carmen. Desde el domingo 7 de julio en la Iglesia de los Padres Carmelitas de la C/ Manuel Iradier se celebró la Novena del Carmen. El domingo 14 de julio el Día Misional Carmelitano y la víspera de la fiesta, el Día de las Cármenes, con la ofrenda floral a la Virgen del Carmen en la eucaristía de las 19.00 h.

Todas esas flores sirvieron para engalanar el altar para la fiesta del martes 16, que comenzó temprano, con el Rosario de la Aurora, a las 6.30, en la huerta del Convento. La  eucaristía central, presidida por el Sr. Obispo, D. Juan Carlos Elizalde, se celebró a las 13.00 h. Durante la misma el Obispo felicitó a todos  los miembros de la Orden y la familia Carmelitana y a todos los presentes. También tuvo un recuero especial a los peregrinos de nuestra diócesis que acababan de llegar  a Tierra Santa: "A estas horas nuestros vitorianos de peregrinación están muy cerca del santuario del Monte Carmelo, en el santuario Stella Maris. ¡Qué mejor lugar para iniciar la peregrinación por Tierra Santa en un día como hoy!".

Durante la homilía explico que la Virgen en los evangelios aparece siempre que el discípulo lo necesita. En las Bodas de Caná, inicio de la vida pública de Jesús, en el comienzo de las cosas, en la ilusión: Santa María . También en el dolor, la debilidad y en el conflicto: María al pie de la Cruz. Y en Pentecostés para recibir el espíritu de Jesús, en los momentos de gloria y plenitud. "Estés como estés, ahí está Santa María" afirmaba el Obispo.

Tomó como referencia las palabras del Papa Francisco en una de las meditaciones en los Ejercicios Espirituales a los sacerdotes impartidos el 2 de junio de 2016 en la Basílica de Santa María la Mayor. Se detuvo en las cuatro características de la mirada de María: mirada que acoge como en un regazo; mirada que va tejiendo y colaborando en la historia de salvación de cada persona; mirada con atención - se vuelca toda y se involucra entera con el que tiene delante- y , por último, «íntegra», uniendo todo, nuestro pasado, presente y futuro. No es una mirada fragmentada porque  la misericordia sabe ver la totalidad y capta lo más necesario. "Si podemos mirar como hemos sido mirados, cambia todo. Que la Virgen del Carmen haga el milagro en nuestro corazón", concluyó D. Juan Carlos.

La eucaristía finalizó con la Salve y tras la misa el Obispo pudo saludar y conversar durante un tiempo con los asistentes en la plaza, en la que también se encontraban los voluntarios en el puesto del Rastrillo Solidario.

 

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