Cierre del curso de Salud con la Pascua del Enfermo

La Pastoral de la Salud cierra su curso el próximo 22 de mayo, coincidiendo con la Jornada del Enfermo. Por ello, esta delegación ha organizado una eucaristía especial en la Capilla Pública del Seminario para ese domingo a las 12:30h.

La celebración será presidida por el Obispo de Vitoria, D. Juan Carlos Elizalde, junto con el Vicario General, D. Carlos García Llata. En ella se hará además entrega de los chalecos a los nuevos voluntarios de la Pastoral.

Con motivo de este día, Sor Daniuska Rodríguez, responsable de Salud de la Diócesis, ha escrito una carta pública que a continuación compartimos:

Acercándonos al cierre de la Pascua del enfermo, el próximo 22 de mayo, la Pastoral de la Salud agradece la colaboración de toda la Diócesis durante la jornada. Ciertamente la tarea de cuidar nos compete a todos, pero es en este momento de la historia en el que se está produciendo un desplazamiento de objetivos en todo el mundo sanitario donde la tarea de humanizar nuestra existencia es fundamental.

La pandemia que aún vivimos y atravesamos, así como otras situaciones de muerte, han focalizado como nunca antes a la persona sufriente como motivo de preocupación y esmero en la acción misionera de la Iglesia. El sufrimiento y el dolor afectan a la persona no sólo en su aspecto físico, sino que repercuten en su integridad y en su entorno familiar y social; son compañeros inseparables de la humanidad.

La Pastoral de la Salud plantea el discernir qué aportación especifica puede dar para hacer efectiva una cooperación fructífera en la promoción de la salud o, más sencillamente, para el crecimiento personal de los enfermos. Somos conscientes de que humanizar nuestro acompañamiento a personas vulnerables es complejo, que comprende todas sus dimensiones, –físicas, cognitivas, emocionales, relacionales, espirituales, etc.– Pero la actuación del agente de Pastoral de la Salud no deberá ser de rutina o de repetición de frases hechas.

Con el acompañamiento espiritual se propondrá despertar las potencialidades físicas, psicológicas y espirituales del enfermo de modo que no camine a la deriva y sepa acoger la esperanza de la fe a pesar de que el cuerpo se vaya desmoronando. La gestión de sus emociones, así como el cuidado de su espiritualidad y propia filosofía de vida junto a la visión más profunda de su existencia, el sufrimiento y la muerte, necesitan ser acompañados con escucha, compasión y esperanza. Solo a través de esa actitud, del interés y de la diligencia de cada agente pastoral, podremos contribuir a hacernos mejores personas y mejores cristianos especialistas en el corazón.

Recordamos que ya no hablamos de pastoral de enfermos sino de Pastoral de la Salud porque la acción de la Iglesia debe llegar a la realidad total de la persona, donde vive y actúa y no únicamente a la situación de enfermedad.

Es una pastoral humanizadora y evangelizadora que hace presente los gestos y palabras de Jesús misericordioso e infunde consuelo y esperanza a los que sufren. Una pastoral que anuncia al Dios de la vida y que promueve la justicia y la defensa de los derechos de los más débiles, los enfermos.

Es decir, que la misión de la Pastoral de la Salud, así como la acción pastoral de la Iglesia, es, además de acompañar, curar tantas heridas de gente que se fue, que se quedó en medio del camino, que se confundió o se desilusionó. Una pastoral de misericordia porque acoge, abraza, escucha, disculpa, acompaña y ayuda a madurar.

Animaos a servir desde este ministerio del acompañamiento y formarse en el arte de saber cuidar. Dar gratis lo que gratis hemos recibido en la certeza de que en cada enfermo o necesitado está presente la persona de Jesús; y por amor hacerlo todo.

Sor Daniuska Rodríguez Verdecía
Delegada Episcopal de Pastoral de la Salud

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