Gracias queridas Hermanas compasionistas
Las Hermanas de Nuestra Señora de la Compasión dicen adiós a Vitoria tras más de medio siglo de presencia, oración y servicio ininterrumpido. Quienes echan sus raíces en nuestra ciudad en el año 1969, aunque antes ya estaban trabajando en Álava desde 1942 colaborando en tareas educativas en el Colegio de los Hermanos Menesianos de Nanclares de la Oca, cierran su comunidad en la capital alavesa.
En el último año de la década de los 60 esta comunidad se estableció en la parroquia de Nuestra Señora de los Desamparados para atender la guardería infantil y el comedor de obreros, además de otros servicios y obras sociales en este céntrico barrio. En 1974 dejan la atención en esta zona y pasan a atender el comedor del ‘Hogar Alavés’ hasta 1979, donde apoyaron a miles de jóvenes familias que necesitaban de un impulso para sus proyectos personales y profesionales. Desde entonces han seguido vinculadas a este barrio de Adurza dedicándose a la enseñanza, a la sanidad y a la asistencia social además de colaborar pastoralmente con las parroquias de la Unidad Pastoral de Santa María de Olárizu –San Cristobal, San Juan de Aretxabaleta, Sagrado Corazón de Jesús y San Ignacio de Loyola–.
Y será en este último templo donde el próximo domingo 15 de enero se las despedirá con una celebración de acción de gracias a las 12:00h por todos estos años y por su trabajo silencioso en beneficio de los más necesitados, primero de la zona de Desamparados y luego del sur de la ciudad. El motivo de su marcha responde a la falta de vocaciones y de relevo.
Esta orden ya está trabajando desde hace varios años en la pastoral vocacional para atajar el problema de tomar el testigo. En la actualidad, en todo el mundo, hay 250 religiosas repartidas en 32 comunidades. En España están presentes en 18 comunidades que se verán reducidas a 17 tras el cierre de la de Vitoria. En Euskadi tienen presencia en Basauri y Erandio.
La fundación de la Congregación de las Hermanas de Nuestra Señora de la Compasión se remonta a 1817 en la ciudad francesa de Toulouse. Allí, el sacerdote Maurice Garrigou y la religiosa Jeanne Marie Desclaux, afectados por la hostilidad a consecuencia de la Revolución Francesa, sufren persecución, cárcel y clandestinidad, algo que les marcó en su vida de fe llevándoles a crear esta congregación dedicada a quienes más sufren, a los más pobres y necesitados para hacerles llegar la compasión de Jesús a través de la inclusión, la salud y la educación. Estas religiosas, que trabajan a día de hoy en tres continentes –Europa, América y África– tuvieron en 2017 un año jubilar concedido por la Santa Sede debido a los 200 años de su fundación. Han estado presentes en Vitoria-Gasteiz desde el año 1969 con una comunidad en el barrio de Adurza.
Así, el domingo 15 de enero, tras más de medio siglo de presencia activa y trabajando hasta el final, han dicho adiós a su etapa en la capital alavesa en una emotiva misa presidida por el párroco de San Ignacio, Satur Yanguas, y con la participación de todas las parroquias de la Unidad Pastoral.